martes, 10 de septiembre de 2019

¿Perviven elementos romanos en la Iglesia Católica?


Podemos preguntarnos ¿Qué nos han dado los romanos? y podríamos respondernos con argumentos de La Vida de Brian: "los acueductos, el alcantarillado, las carreteras, la sanidad, la enseñanza, los baños públicos...". El Imperio Romano cayó en el siglo V d.C., pero en nuestras vidas sigue presente aquello que nos legaron los romanos.

Del mismo modo, aunque cayó el Imperio Romano, se puede decir que su espíritu perdura en el cristianismo. Esto es comprobable si analizamos diversos elementos de la Iglesia Católica. Por ejemplo algunos elementos litúrgicos e instituciones eclesiales.

Por ello he decidido escribir en el blog una serie de artículos históricos sobre la pervivencia de elementos romanos en la Iglesia Católica.

Introducción

El Imperio Romano de occidente cayó en el año 476 d.C, tras la deposición de Rómulo Augústo
como emperador. Fue depuesto por el germano Odoacro, quien envió las insignias imperiales a Constantinopla.

Sin embargo, el espíritu de la Antigua Roma ha perdurado hasta nuestros días de diferentes maneras: a través del arte; intentos de reconstrucción del antiguo Imperio por personajes tan variopintos como Carlomagno, Carlos V, Napoleón Bonaparte o Benito Mussolini. También, en nuestros días existe una institución a nivel europeo que pretende recuperar algo de lo que nos legaron los romanos. Se trata de la Unión Europea.

No obstante, existe una Institución que, nació en la Antigua Roma y ha llegado hasta nuestros días. Una Institución que hizo suyos muchos elementos utilizados por los antiguos romanos. Se trata de la Iglesia Católica, esa Ekklesia, o asamblea de seguidores de Jesús de Nazaret, que surgió en Israel y pronto se asentó en Roma, con la llegada de San Pedro, San Pablo y sus compañeros.

Breve historia del cristianismo primitivo

A comienzos del cristianismo, y hasta el año 49 d.C., más o menos, dentro de la Iglesia convivieron dos grupos con diferencias bastante recalcables.

Por un lado estaban los judeocristianos, quienes seguían acudiendo a la sinagoga a rezar, eran circuncidados y participaban de los ritos hebreos pero profesaban la fe cristiana.

Por otro lado estaban los cristianos helénicos, muchos de ellos convertidos al cristianismo durante los diversos viajes de Pablo.. Estos no fueron circuncidados.

Hubo discrepancias entre judeocristianos y cristianos helénicos. Siendo cristianos, eran bastante diferentes, pues unos provenían del mundo judío y los otros del mundo grecorromano. Aunque profesaban la misma fe, se diferenciaban notablemente en una importante cuestión: en lo relativo a la circuncisión. Por ello decidieron reunirse en el Concilio de Jerusalén, el primer Concilio cristiano de la Historia.


En torno al año 49-50 d.C. (no se conoce la fecha exacta) judeocristianos y cristianos helénicos se reunieron en Jerusalén para debatir sus diferencias. Tras el Concilio, los judeocristianos desaparecieron de un modo que aun se desconoce. Hay varias hipótesis, una de ellas dice que fueron asimilados por los cristianos de origen helénico, otra que se fueron al desierto y quedaron como un grupo aislado hasta desaparecer.

Durante los primeros siglos la Iglesia no lo tuvo muy facil, debido a las persecuciones que padeció desde tiempos de Nerón. A principios del siglo IV, mediante el Edicto de Milán (313 d.C.), el emperador Constantino concedió libertad de culto a los cristianos. Teodosio el Grande, en el año 380 d.C., y mediante el Edicto de Tesalónica, proclamó el cristianismo religión oficial del Imperio. 

La necropólis que pasó de pagana a cristiana

Quizá el enterramiento cristiano más conocido sean las catacumbas, o galerías subterráneas. En Roma hay más de 60 cementerios subterráneos de época romana. Entre los más conocidos se encuentran las catacumbas de San Calixto, San Sebastián, Priscila, Santa Inés y Domitila. Son lugares donde se ven pinturas que, a día de hoy, se continúan realizando en el arte cristiano. Por ejemplo `El Buen Pastor´, o el dibujo de un pez con la palabra Itchus, o Ichthys. Estas palabras eran usadas por los primeros cristianos, como símbolo secreto. Con ellas reconocían a Cristo como Hijo de Dios y Salvador durante las persecuciones de algunos emperadores romanos. 

Pero en Roma, además de las catacumbas, hay otro tipo de enterramientos que han perdurado hasta nuestros tiempos. Se encuentran en la Colina Vaticana, al lado del Circo de Nerón. Esa necrópolis romana, conocida como las Scavi, originalmente estuvo destinada a los romanos de religión pagana. San Pedro, tras recibir el Martirio, fue enterrado allí. Y los cristianos pidieron ser enterrados junto al primer Papa de la historia.



Las Scavi tienen varios niveles de excavación. En algunos de estos niveles se conservan sepulturas pertenecientes a patricios y plebeyos, con elementos propios de la religión romana, con iconografía pagana (especialmente relativa a Baco, o Dionisio como se le llamaba en la Antigua Grecia).

Pero en las Scavi también se entremezclan elementos cristianos y paganos. En otros niveles coinciden enterramientos de ambos tipos. Se conservan tumbas de miembros de una misma familia, donde unos eran paganos y los otros profesaban la religión cristiana.

Otros niveles de la Necrópolis de la Colina Vaticana son netamente cristianos, con diversos elementos del cristianismo. Por otra parte, en este lugar también se encuentra la tumba de San Pedro. En un principio fue enterrado directamente bajo la tierra, como eran enterrados los hebreos. Con el tiempo, el primer Papa de la historia fue introducido en un sepulcro que la tradición ubicaba en este lugar y fue descubierto a mediados del siglo XX. Actualmente las Scavi de Roma pueden visitarse con el ordenador, descubriendo sus historias y su arte.

El arte cristiano de las Scavi, igual que el de las catacumbas, ha perdurado hasta nuestro tiempo. Pero también el modo de enterramiento, pues las tumbas que hoy llenan los cementerios son identicas a las de la Antigua Roma cristiana.

El legado de una gran civilización 

En 313 d.C, con el Edicto de Milán, se dió libertad de culto en todo el Imperio. Esto permitió al cristianismo construir elementos arquitectónicos provenientes de la cultura romana. Por ejemplo las basílicas e, incluso. los templos (tenemos el caso del Pantheón de Agripa, convertido en una iglesia).

Desde el principio los cristianos se basaron en la Antigua Roma a la hora de elaborar objetos como la vestimenta del Papa, o ciertos elementos de la liturgia. Por ejemplo, el dibujo que representa a una mujer orante, gesto que en muchos de los momentos de la liturgia utilizan los sacerdotes).

El cristianismo también usa otros elementos procedentes de la civilización romana. Por ejemplo la casulla, el anillo papal, o el orígen romano de las diócesis o los vicarios, proceden de la civilización romana.

Actualmente el latín sigue siendo la lengua oficial de la Iglesia. Pero en el cristianismo hay otras denominaciones que se utilizan desde tiempos de los romanos. Incluso la filosofía, siguiendo el legado de San Agustín de Hipona, contribuye desde la antiguedad a dar razón de la fe cristiana.

Con estos artículos sobre la pervivencia de elementos romanos, se pretende dar cuenta de aquellos aspectos que, siendo tomados de la Antigua Roma, perduran en la Iglesia Católica. El siguiente artículo estará destinado al arte paleocristiano.

Pero.... ¿Qué han hecho los romanos por nosotros?