Para realizar este artículo he utilizado como principal fuente el trabajo de Luis Antonio Arroyo Rodríguez llamado "Las Anotaciones del Bachiller Juan Cabrero (1523-1530)",
algunos artículos propios y lo poco que he encontrado en la web. Quizá
la cuestión dé para hacer algo más extenso, lo cual requiere
investigación de campo para futuros trabajos. De momento el material
disponible permite realizar el presente texto. Debido a que Arroyo
Rodríguez transcribe las frases en el castellano utilizado por el
Bachiller Cabrero y porque se entiende bastante bien he decido ser fiel a
la transcipción del investigador.
Pese a lo expuesto en un primer momento en este artículo, el libro de
Bautismos de Santoyo no es el primero que se realizó en España, pero sí
uno de los primeros, pues se comenzaron a registrar los sacramentos en
dicho libro en 1499. Hay, por lo menos, dos pueblos donde dicho registro
comenzó un año antes, en 1498, se trata de San Agustín, en Gran
Canaria, y de San Martín de la Vega, en Madrid. El artículo, por cierta
manía de escritor, no será retocado pero si que, por su importancia,
pondré un anexo Post Scriptum con datos sobre los libros de Bautismos
anteriores al de Santoyo.
Agradezco a don Federico González y don Diego Monzón sus aclaraciones en
los comentarios de mi blog de Infovaticana, pues sirven para dar mayor luz a esta cuestión de los
primeros libros de bautismos y también para aprender más sobre la
historia de los pueblos y pequeñas villas de este país, los cuales
conservan con celo su historia, de la cual debemos estar todos sanamente
orgullosos.
Introducción
Hubo
en el pueblo palentino de Santoyo un buen sacerdote llamado Juan
Cabrero. Tenía la titulación académica de Bachiller. Probablemente era
santoyano, pues tenía familia en esta villa. Fue uno de esos extraños
personajes con capacidad de adelantarse a su época. Faltaban algunos
años para la celebración de un Concilio, el de Trento, que dispuso la
norma de que en las parroquias hubiese un libro donde se registrase la
administración de los Sacramentos. Aquel Concilio se celebró entre 1545 y
el 1563, mientras que nuestro protagonista realizó su recopilación
entre el 25 de febrero de 1523 (cuando obtiene el curato de Santoyo) y
el 12 de agosto de 1530. Intuye el investigador Luis Antonio Arroyo que,
debido a su condición académica, es probable que a partir de esta fecha
adquiriera algún cargo catedralicio, motivo por el que dejaría el
pueblo. No obstante, como argumenta, nada se sabe de su vida a partir de
este año.
El
libro que nos ocupa, prosigue el investigador, es bien conocido en
Palencia aunque en ámbito nacional no ha recibido el reconocimiento que
merece. Se trata de un libro de 169 folios que fue encuadernado en la
imprenta palentina de Abundio Menéndez quizá a finales del siglo XIX o
principios del XX, por tanto unos siglos después de haber sido escrito.
Según me contó mi padre, el libro habría estado algunos siglos olvidado
en un viejo arcón de la iglesia y a principios del siglo XX fue
redescubierto. Entre sus páginas hay anotaciones de bautismos,
confirmaciones, bodas y defunciones desde 1499, aunque las
correspondientes al Bachiller Cabrero son las escritas de entre 1523 y
1530, asegura Arroyo Rodríguez, por lo que quizá algún otro clérigo
(como Juan Naharro, fallecido en 1530) le ayudó en dicha labor. Es
probable que un clérigo anterior iniciase el trabajo, que sería
continuado por Juan Cabrero. A nosotros, personas del siglo XXI, nos
puede resultar muy común que nuestros nombres y apellidos queden
registrados cuando recibimos los sacramentos o nos empadronamos en algún
sitio, pero ¿Qué movió al Bachiller a escribir sus anotaciones? el
investigador cree que lo que le movió fue la "novedad" de lo sucedido.
Solía escribir sobre aquello que consideraba novedoso, como lo
acontecido en mayo de 1528, cuando cayeron excesivas lluvias, algo que "Vilo y escrevylo aquí porque pareçe cosa nueva en tal tyempo"
algo similar, argumenta Arroyo Rodríguez. Este investigador considera
que Cabrero realiza con su obra una tarea similar a la de otros autores
de su época, quienes también recopilan hechos "novedosos", muchas veces
sin aparente importancia, que nos permiten conocer la historia de
aquellas poblaciones.
Arroyo Rodríguez en su estudio afirma que
las anotaciones del Bachiller Cabrero pueden dividirse en dos clases:
1) anotaciones breves para completar información de partida de
bautismo, boda o defunción y 2) referencias ajenas a los sacramentos
como pueden ser menciones a obras en la parroquia, nacimientos o
defunciones de personajes ilustres, breves pontificios, sucesos locales,
hechos históricos, etc. Concuerdo con él cuando dice "dada la
variedad de temas que abarcan las apostillas del Bachiller Cabrero,
éstas pueden resultar interesantes para diversos campos: arte,
demografía, sanidad o historia local". También, por otra parte, si
no hubiera sido por sus anotaciones se habría perdido el acta de
nacimiento y bautismo de un personaje ilustre de nuestra historia sobre
el que daré detalles más adelante. Según Arroyo Rodríguez, el Bachiller
sería defensor de esa tesis erasmista que considera la santidad como
algo propio también del matrimonio, no sólo de la vida religiosa, ya que
también en la vida conyugal pueden vivirse las virtudes cristianas.
Ese
conocimiento del pensamiento de Erasmo de Rotterdam, indica el
investigador, sugiere que Juan Cabrero conocía el pensamiento del
humanista holandés, por lo que "era un hombre culto e interesado por el cultivo de las letras".
Efectivamente los clérigos eran quienes mejor conocimiento del
pensamiento europeo tenían pero en cuanto al Bachiller, contaba con dos
ventajas. En 1212 se fundó en Palencia el Studium Generale,
la primera universidad española. En ella había estudiado Santo Domingo
de Guzmán. Existía una rica tradición cultural en una diócesis que, por
otra parte, durante la Edad Media y el Renacimiento tuvo relativa
importancia. Por otra parte, en Santoyo estuvo el convento de Villasilos, cabeza de la Provincia
Franciscana de la Inmaculada Concepción. Fue fundado por Fray Pedro de
Santoyo (quien, junto a San Pedro Regalado y Fray Pedro de Villacreces
hizo una importante reforma observante)
y de él dependían unos veinte conventos. Es plausible pensar que a
través de ese convento llegaba el pensamiento humanista a un pueblo que
se encuentra cercano al Camino de Santiago.
Las anotaciones
Luis
Antonio Arroyo Rodríguez en su investigación entresaca unas cuantas de
ellas, lo que nos permite tener algunas claves sobre el libro en sí.
Sobre los bautizos me parece interesante destacar que algunos fueron
administrados a niños que murieron al poco de nacer, como el del hijo
de "la mugier de Juan Martín Redondo, baptizóle la comadre Juana
Gómes antes que acabase de naçer, púsole nombre Juan, fynóse antes que
acabase de naçer". Esto muestra lo que era una realidad muy
frecuente entonces, el fallecimiento de bebés incluso recién nacidos,
motivo por el cual se bautizaba, en muchas ocasiones, nada más nacer la
criatura. También registró, como se ha dicho, acontecimientos
meterologicos como el acontecido el lunes 18 de mayo de 1528, fecha en
la cual "otros años suele estar todo el mundo seco" y, sin
embargo, en Melgar de Yuso hubo una inundación tan considerable que la
gente del lugar apenas podía cruzar el arroyo (sic.). Los santoyanos
habían ido a dicho pueblo, muy cercano, en "rogación" a su ermita de
Santa María de la Vega. Sin embargo 1529 fue un año de sequía, por lo
que escaseó el vino, el pan y las hierbas, lo cual pasó factura en los
precios de los productos agrícolas. Se trata de un acontecimiento
curioso pues da la sensación de que en 1528 hubieran pedido que no
lloviese tanto y Dios se lo concedió... pero quizá no tal y como querían
los de Santoyo.
Un detalle que me parece bonito resaltar de sus
anotaciones es el de los "cantamisas". Uno de ellos fue el de Francisco
de Salamanca, hijo del escribano Fernando de Salamanca, quien cantó su
primera misa el 5 de julio de 1528. Otro Francisco, pero "de Valladolid"
e hijo de Bartolomé, también tuvo su "cantamisa" en Santoyo,
concretamente el 19 de julio de 1530. Me impresiona cuando estoy a solas
en la iglesia de San Juan Bautista y recreo con la imaginación las
misas de entonces, con el templo a rebosar de gente. Continuando con
cuestiones eclesiales, aparecen breves pontificios, como el de noviembre
de 1528, una bula del Papa, Clemente VII, quien "mandava hazer tres proçessiones y ayunar tres días (...)", es
un documento que permite conocer las tradiciones eclesiales de la
época. También, en cuanto a tradiciones eclesiales, hace referencia al
15 de agosto de 1529 cuando "vino aquí en Santoyo y en todo este
obispado de Palencia un jubileo de Santo Domyingo de Perpeñán de la
Orden de los Predicadores donde está una mano y parte de un braço de
Sant Juan Baptista". Para dicho jubileo los feligreses tenían que
pagar una cantidad según sus posibilidades, debían hacer ayuno durante
tres días, rezar oraciones y en las diócesis tenía que haber una serie
de procesiones. Juan Cabrero, sobre este jubileo, nos informa de que "trabajé
lo que el Señor tuvo por byen en las confesiones y comunyones en el
dycho tyempo, lo asenté aquí por memoria para que los que venyeren,
alaben a Dyos por ello". Por lo que apreciados amigos, si van algún
día a Santoyo, que espero que sí, alaben a Dios por el buen trabajo de
este sacerdote cuya memoria rescatamos.
En
el texto del Bachiller Cabrero aparecen reflejados actas de bautizo de
personalidades ilustres como Felipe II, de quien hablaba al principio de
este artículo. Este Rey tuvo bastante relación con Santoyo pues un
Secretario Real suyo, Sebastián Cordero de Nevares, era santoyano, igual
que otros miembros de su familia que también obtuvieron dicho cargo,.
Por cierto, este Sebastián fue pariente de aquella Marta de Nevares de
la que se enamoró Lope de Vega. Sobre Cordero de Nevares escribí un artículo en mi blog personal que traje también a mi blog en Infovaticana.
En cuanto a la partida de nacimiento y bautismo le dedicaré un próximo
artículo, aunque puedo anticipar que fue escrita por unos escribas
reales oriundos de Santoyo y que, gracias a que la enviaron al pueblo,
se pudo conservar. En las anotaciones hay también referencias a
nacimientos de otras personalidades ilustres, por ejemplo Doña María,
hija del emperador y su esposa pues el "Domyngo XXI de junyo (de 1528) paryó la emperatriz doña Ysabel, mugier del emperador don Carlos, en la villa de Madrid"
Hace
referencia el Bachiller Cabrero a obras realizadas en la iglesia, como
cuando el miércoles cinco de mayo "se puso el esquilón nuevo que
truxieron de Burgos (...) tiene letras que dizen ·Vox mea terrorem
cunctores demonyorum· y en el borde se le hyzo una cruz", o cuando a
finales de agosto "se pusyeron en la capilla mayor desta yglesia de
Santoyo las dos vidrieras que la una tiene a Sant Baptista (sic) y
Sancta Leocadya (...) la otra vidriera (...) tyene la salutaçión del
ángel a Nuestra Señora (...) puso las dichas vidryeras Francisco de
Valdivieso. Por otra parte también da cuenta de sus viajes a Amusco para
comprar elementos propios del culto litúrgico.
Un
detalle que hoy resulta sorprendente pero entonces era bastante común
fue de la venta de la jurisdicción de los pueblos. Hasta 1529 la villa
de Castrojeriz tuvo jurisidicción civil sobre Santoyo, pero en este año
fue comprada por Don Rodrigo de Mendoza, conde de Castro. También
menciona Juan Cabrero la unión entre Santoyo y Santiago del Val. Este
pueblo guarda una historia curiosa pues una vecina suya, María Lezama,
fue encargada de crianza del rey navarro Sancho III el Mayor de Navarra.
La unión entre ambas localidades aconteció el 13 de mayo de 1530
causando mucha alegría en la villa. Se produjo con la autoridad del
emperador don Carlos, quien se encontraba en Italia, y firmada por el
Consejo Real y la emperatriz Isabel de Portugal.
Además de a
personajes ilustres hay también referencias a acontecimientos
históricos. Por ejemplo cuando en 1525 se hicieron "alegrías en Santoyo"
porque el infante don Fernando `e otros capitanes´ tenían presos al Rey
de Francia, al infante de Navarra, a otros principales franceses. Como
murieron bastantes "se dixo una misa de Nuestra Señora y se puso una oraçión por los defuntos". En 1529 hay referencia a otro suceso histórico, cuando "pasó el emperador don Carlos a Ytalya a se coronar con gran poder y tryumpho y llevó gran numero de gente y gran pujança".
Cabe decir que Santoyo fue un pueblo especialmente fiel tanto a la
Corona de Castilla como, posteriormente, al Rey de las Españas. Otro
personaje histórico registrado por el Bachiller Cabrero es Don Antonio de Rojas,
primer patriarca de las Indias, arzobispo de Granada y obispo de
Palencia, Burgos y Mallorca, quien falleció en el monasterio franciscano
de Villasilos ya mencionado y cuyo funeral fue presidido por nuestro
protagonista.
Un último hecho que me parece curioso resaltar es el
bautismo de María, una hija de Juan Vitese que era conde de Egipto la
menor. Probablemente muchos no conozcan este término que hace referencia
al pueblo gitano, a quienes en el siglo XV se creía provenientes de
Egipto, de hecho la palabra gitano viene de "egipciano" y, según se cuenta
en Jaén, se hacían pasar por peregrinos procedentes del Egipto Menor
que huían de la persecución tras haber abjurado de la fe cristiana por
temor a los sarracenos.
En definitiva, se trata de un documento
histórico poco conocido pero que, como creo ha quedado reflejado en las
líneas anteriores, tiene gran importancia tanto histórica como
documental. Es el primer libro de bautismos y nacimientos que se realizó
en España, nos permite conocer la partida natal y bautismal de Felipe
II, también habla de otros personajes y sucesos históricos ynos enseña
como funcionaba la Iglesia tanto local como en general de aquella época y
también elementos sobre la sociedad de la época. Creo por ello que
debería ser más conocido, aunque en algunas conversaciones con personas
del mundo académico y también con periodistas me han afirmado que
conocían la historia de la partida de nacimiento de Felipe II, cosa que
me agradó, como pueden imaginar. Santoyo es un pequeño pueblo palentino,
unas 300 personas lo habitan, pero tiene una historia bimilenaria que
es digna de ser contada. En el futuro volveré a hablar sobre mi pueblo,
pues es un lugar al que tengo gran cariño y me satisface darle a
conocer. De momento, les emplazo para mi próximo artículo sobre la
partida bautismal y natal de Felipe II.
ANEXO Post Scriptum:
-San Martín de Valdeiglesias, por Federico González (Madrid), : "Soy
cronista oficial de San Martín de la Vega (Madrid), villa de la que fui
archivero hasta mi jubilación. En 1997 publiqué un libro en que, entre
otras cosas, transcribía los asientos del libro de bautismos entre 1498 y
1500.
El suyo no es, por consiguiente, el primer pueblo con libro de bautismos, defunciones, matrimonios, cofradías, fábrica, etc.
También Cisneros propició que los curas propios fuesen bachilleres. Y
hasta la actual provincia de Madrid llegaba la costumbre de inscribir
bautismos olvidando
hacer constar el nombre de la madre".
-San Agustín (Gran Canaria), por Don Diego Monzón, sacerdote: "Diego
de Muros, fue Obispo de Canarias desde 1496 a 1506. Muy influenciado
por las reformas emprendidas por el Cardenal Cisneros, celebró un Sínodo
Diocesano el año 1497 para ponerlas en marcha en ésta, su Diócesis. En
la constitución 8 sobre los Sacramentos, decretó que se confeccionase un
Libro de Bautismos en la parroquia del Sagrario Matriz, dependiente de
la Catedral, en el que constasen el nombre del cura que bautiza, la
fecha, el nombre del padre y de la madre, si son legítimos o no, el
nombre de los padrinos y otros datos…
Más tarde, la
Parroquia del Sagrario Matriz, se estableció por orden del Obispo
Buenaventura Codina el año 1852, en la iglesia del extinto convento de
la Orden de los Agustinos, con el nombre de Parroquia Matriz de San
Agustín.
Soy el Párroco de esta Parroquia y le puedo
certificar que nuestro primer Libro de Bautismo consta de 122 folios, en
cada folio se inscriben entre cinco y ocho inscripciones todas ellas
numeradas. La primera inscripción es del 26 de noviembre de 1498 y la
última del 30 de diciembre de 1528. Se conserva relativamente en buen
estado. A este libro le siguen correlativamente los siguientes hasta el
actual que es el Libro 81. Se conservan íntegramente todos los libros.
Para mayor información puede consultar en nuestra página Web
parroquiasanagustin.org un artículo que lleva por título EL PRIMER LIBRO
DE BAUTISMO DEL SAGRARIO por Manuel Lobo Cabrera, Rector de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria"
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