viernes, 11 de mayo de 2018

La noche de los cristales rotos, ochenta años después

El próximo nueve de noviembre se cumplirán ochenta años de la "Noche de los Cristales Rotos". Cómo bien sabéis, todo aconteció en la Alemania de 1938, con el partido nazi, liderado por Adolf Hitler, ya en el poder.




                                                                  Antecedentes

Personalmente, creo que aquel fue el comienzo del Holocausto", pues fueron asesinados cincuenta judios y se deportaron a miles de personas, judias también, a campos de trabajo. Fue, por tanto, el inicio de la que se conoció como "Solución Final", con la aparición de los campos de exterminio. Auswicht y Mathaussen son, con casi total probabilidad, los dos lugares simbolos del Holocausto.

A este acontecimiento se le conoce en alemán con varias palabras:  "Reichsprogromnatch", "Reichskristallnatch" y "Novemberpogrome". Se desarrolló tanto en Alemania como en Austria durante la madrugada del nueve al diez de noviembre del mencionado 1938... faltaba menos de un año para que comenzase la II Guerra Mundial, con la invasión de Polonia por parte de las tropas alemanas.

Pero volvamos a aquella trágica noche de noviembre del año 38. Las SS apresaron a miles de judios, destrozando sus comercios (por ello se conoce aquella noche como "de los Cristales Rotos". Además, como dije antes, más de cincuenta judios fueron asesinados. Pero es interesante conocer un poco la dramática situación que vivían los judios en aquella época.



Durante la decada de los años treinta, muchos de los judios que vivía en Alemania era de origen polaco. El viernes 28 de octubre de 1938 fueron secuestrados veinte mil de ellos. Fueron deportados a Polonia. Sin embargo, el gobierno polaco no quiso recibirlos en su pais.

Durante un tiempo, vivieron en el espacio que separaba la frontera alemana de la polaca, por tanto estaban en tierra de nadie. 
El dia siete de noviembre, un alemán judio que vivía refugiado en Francia disparó a Ernst vom Rath, secretario de la Embajada alemana en París, que murió en la tarde del nueve de noviembre.

¿El motivo? que este refugiado había recibido dias antes una carta de sus familiares (los cuales se encontraban en tierra de nadie) en la cual narraban la terrible situación que estaban viviendo. Debido a ello, pidió ayuda a la Embajada alemana en París. Parece ser que vom Rath no tuvo ninguna intención de ayudarle.

Como ha ocurrido en tantas ocasiones a lo largo de la historia (la I Guerra Mundial es un ejemplo) basta la muerte de una sola persona para que se desate una ira violenta y llena de locura contra los inocentes. En este caso, se persiguió a los ciudadanos judios de Alemania y Austria.



Como dije antes, más de veinte mil judios fueron internados y llevados a campos de trabajo, mientras que unos cincuenta fueron golpeados hasta la muerte (según algunas estimaciones, hubo entre treinta y seis y doscientos muertos, incluyendo los que hubo en dias siguientes). También murieron alemanes que no, aunque no eran judíos, su aspecto físico prestaba a confusión, pues parecía que realmente lo eran.

En Viena fueron quemadas noventa y cuatro sinagogas y se sometió a los judios a crueles tormentos como fregar los pavimentos mientras eran torturados por los nazis austriacos.

Pero no quedó ahí la cosa, si no que el gobierno nazi obligó a los judios alemanes a pagar una multa colectiva de mil millones de marcos, acusandoles de ser los culpables de los destrozos (aunque, según los historiadores, los verdaderos causantes fueron los nazis). Como muestra de la hipocresia nazi, leamos la descripción del suceso que hizo el dirigente nazi Hermann Goring:

"La ciudadanía judia de Alemania, como castigo por sus crímenes abominables, tiene que hacer frente a una multa de mil millones de marcos. A propósito, debo reconocer que no me gustaría ser judio en Alemania".

Esas palabras explican lo que estaba ocurriendo. En realidad, llevaba tiempo gestandose el exterminio del pueblo judio, y el asesinato del embajador alemán en París fue solo una excusa para comenzar con aquel trágico plan llamado "Solución Final". Durante aquellos dias la mayor parte de los europeos no lo sabían, pero el NSDAP había dado una vuelta de tuerca a su política antisemita y pusieron en marcha un plan para terminar con lo que ellos consideraban "la lacra de la sociedad".

Fue, por tanto, el primer paso dado por los alemanes para lo que posteriormente fue conocido como el Holocausto.


Por cierto, aún hoy hay quien sigue negando la realidad de lo ocurrido durante los años treinta y cuarenta en Alemania. Cabe decir que no solo las pruebas existentes son contundentes, sino que aparecen nuevas, concretamente los planos del Campo de Concentración de Auswitch, en el cual no solo aparece el sello de las "Waffen-SS" y la "Dirección de la Policía de la Construcción" si no que cuentan con la firma de Heinrich Himmler (lugarteniente de Hitler, probablemente una de las figuras más siniestras de aquella época).

La noticia fue publicada por el diario Bild, el enlace que os he puesto está en alemán, pero creo que se entiende bien, de todos modos os dejo este enlace y este otro.

En fin, creído conveniente recordar los tristes hechos acontecidos durante aquella madrugada de hace casi ochenta años. Fue una barbarie que ojalá nunca se vuelva a repetir (aunque tenemos ejemplos actuales como el exterminio de cristianos, yazidies y musulmanes moderador a manos de los yihadistas de ISIS, Boko Haram y otros grupos terroristas. 

Como católico, creo que la persona humana tiene una dignidad inviolable y nadie tiene derecho a asesinar a un ser humano. Creo también que nadie tiene tampoco derecho a discriminar y tratar como si fuera un ser inferior a un ser humano por mucho que no comparta nuestro credo, color de la piel, nacionalidad, religión o cualquier nominalismo (que como todo nominalismo, no es si no un puro invento humano, por tanto carente de sentido).

Aprovecho esta tribuna para hacer un llamamiento a todos los seres humanos para empezar a cambiar el mundo. Creo fundamental que el ser humano se de cuenta de que debe seguir el mandato de la Caridad que nos enseñó Jesús, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, viendo en él a un hermano y no a un enemigo.

Probablemente, una de las principales causas del Holocausto fue el odio que los nazis consiguieron transmitir a los alemanes contra los judios, acusandolos entre otras cosas de la situación económica en la que se encontraba Alemania tras la I Guerra Mundial.

En fín, descansen en paz las personas que fallecieron víctima de la barbarie nazi (entre las cuales no solo hay judios pues, de hecho, dos santos católicos murieron en el Holocausto) y durante toda la II Guerra Mundial.

(Esta es una actualización de un artículo que publiqué hace unos años en un blog llamado "Reino de Castilla, ya extinto)

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