domingo, 19 de enero de 2014

Megastar, Miley Cyrus y "el timo de la adolescencia superficial

manipulacion
Pretenden crear individuos a los que sea facil manipular
Ocurrió anoche. Caminaba por la calle Argüelles de Madrid cuando pasé cerca de lo que fue, en otro tiempo, la discoteca Arena. En un momento dado abrieron la puerta para que entrasen unos muchachos de, aproximadamente, unos veinte años. Escuché el sonido que salía de la sala, una música repetitiva, estruendosa y que no daría opción, a quien se encontrase dentro de aquel lugar, a tener una conversación sosegada o a bailar de forma armoniosa sino, más bien, desenfrenada.
Esto coincide con una semana donde desde Infovaticana se ha denunciado algo que estaba ocurriendo en una emisora de radio perteneciente a la Cadena COPE donde colaboraba  un individuo que previamente había estado en un programa radiofónico de tipo pornográfico, Ponte a Prueba se llamaba. Además habían subido una serie de fotografías a la red social Twitter por parte de este y sus compañeros en los perfiles oficiales de Megastar, por tanto pertenecientes a COPE. Eran imágenes muy subidas de tono, alguna de ellas era una verdadera blasfemia. Creo que no hace falta que comente mucho sobre esto, pues hay abundante información en este portal al respecto. Todo esto me lleva a plantearme una serie de reflexiones que lanzo casi a vuelapluma. No entiendo bien la necesidad que tenía el grupo COPE para crear una nueva emisora “radio-formula” cuando ese papel estaba representado por Cadena 100 y, en menor medida, Rock FM. Por otra parte me crea serias dudas el hecho de que contraten, para un medio católico, a una persona que antes había tenido una significativa presencia en un programa de tipo pornográfico. Seguramente me contestarán “hombre mira la juventud que arrastraba“. De acuerdo, pero estamos hablando de un medio católico. Tampoco se trata de que, entre canción y canción, recen en antena un misterio del Santo Rosario. Pero teniendo en la casa a un profesional como Javi Nieves, querido por la juventud, católico, no creo que hiciera falta contratar a una persona que creaba confusión sobre aspectos fundamentales para la formación de los jóvenes. Incluso incitándoles a contar anécdotas de tipo frívolo. Creo que se puede hacer una programación musical para jóvenes donde se les pueda enseñar valores católicos. Lo que nunca se debe hacer, utilizando altavoces católicos, es promover cuestiones contrarias al magisterio y la moral de la Iglesia. Por otra parte me llama la atención la actuación de quienes debieron actuar frente a este escándalo, primero queriendo eludir responsabilidades y posteriormente atacando a Infovaticana, medio que ha actuado correctamente en todo momento. Pero hay dos aspectos relacionados con esta cuestión sobre los que me parece oportuno reflexionar.
El primero es sobre la industria musical y el mensaje que se está dando a la juventud. Por este motivo en el titular menciono a Miley Cyrus. Se trata de una cantante que, durante su niñez y adolescencia, protagonizó la serie “Hannah Montana“. En los últimos meses, de forma constante, ha sido noticia por una serie de escándalos desde que su sonada actuación en los MTV Video Music Awards, donde realizó una serie de gestos que, además de poco edificantes y obscenos, restan (en mi humilde opinión) dignidad a quien los realiza. Posteriormente fumó un “porro” durante una actuación musical y apareció en un videoclip bailando desnuda. Más recientemente, realizó otro videoclip donde realizaba, o al menos lo simulaba, prácticas onanistas. Creo que es uno de los casos más claros de lo que está ocurriendo en la industria musical. Hay otros, como Lady Gaga, Rihanna, Kesha, Madonna, que también bailan de una determinada manera, lanzan mensajes con fines concretos en sus canciones y sus videoclips están llenos de simbolismo con fines específicos de cara a lograr, por parte de quienes manejan los hilos en dicha industria. Se habla del proyecto MK Ultra, una forma de control mental (mediante lavado de cerebro y otras “artes”) tanto para tener, de alguna manera, esclavizados a estos cantantes (también hay chicos, por ejemplo Justin Bieber), como para inocular una serie de costumbres, creencias y criterios en sus seguidores. Pero considero el caso de Miley como especialmente paradigmático. Por lo que se, Hannah Montana era una niña que podríamos considerar como “de bien”. Posteriormente esta chica se dedicó a cantar. Pese a que tiene buena voz y, antes de su cambio, era bastante atractiva, de un tiempo a esta parte, da la impresión de que lo ha echado todo a perder, ya no canta tan bien y, bajo mi punto de vista, ha empeorado bastante físicamente (creo que viendo fotografías del antes y el después se nota la evidencia).
Aquí entra el tercer punto sobre el que quería reflexionar, el cual creo que puede explicar, en cierta medida, lo que está ocurriendo con Miley Cyrus, con otros cantantes y con la propia juventud. Un buen amigo, hace ya unos cuantos años, escribió una reflexión sobre lo que llamaba “la juventud superficial”. Perdí aquel documento, pero más o menos recuerdo lo que decía. Mi amigo había analizado las conductas de los jóvenes cuando salían de fiesta y los lugares a donde iban. En el documento se explicaba, entre otras cosas, que todo parecía diseñado con un fin claro, aunque en cierto modo oculto: que los jóvenes no tuvieran otro pensamiento en mente que el de mantener relaciones sexuales. Se basaba en una serie de supuestos. Por un lado, decía, los bares de copas, discotecas, etc., son lugares oscuros, la música está altísima y, además, es muy desenfrenada, como si se pretendiera excitar los bajos instintos de los jóvenes. Luego está también, proseguía, el tema del consumo de alcohol dejando como un bicho raro a aquel que no bebiera, cómo si no formase parte de la tribu. Si, además, la música está altísima, explicaba, desde luego los jóvenes no se van a poner a hablar sobre Aristóteles o Descartes y van a querer salir de allí. Si esa música es desenfrenada y con mensajes sexuales más o menos explícitos estás provocando en ellos que se acrecienten los deseos sexuales (vamos, un cóctel que lleva a la manipulación mental antes mencionada), los cuales se unen a ese “deseo de salir del antro”.
Por otra parte, concluía, se tiene una opinión casi mayoritaria de que lo mejor para ligar es salir de copas y conocer a chicas, con lo cuál tienes bastante ganado para crear una adolescencia superficial, esto es, una juventud que no piense más que en salir de fiesta para de esa manera acostarse con alguien. Además, tal como está planificado este mundo, con relaciones cada vez más superficiales, creas una humanidad donde se vea al otro como un objeto. Esto no solo en el plano sexual, también en otros como el laboral. No es lo mismo intentar ascender en el trabajo cuando tienes valores y ves al otro como un ser humano que si te han arrancado esos valores y no te importa “pisotear” al otro pues no ves en él un ser humano sino un objeto, o simplemente un rival (al fin y al cabo en el ligoteo juvenil hay algo de animal, por ejemplo hay quien llama “buitrear” a conquistar a una chica para acostarse con ella). Al final, me decía mi amigo, estás creando una adolescencia que no tendrá más interés que el de salir de fiesta, emborracharse, acostarse hoy con una y mañana con otra. Esa adolescencia, si no madura, se convertirán en adolescentes superficiales perpetuos a quienes los políticos y las élites financieras podrán controlar como peleles, creando verdaderos esclavos y anulando todo atisbo de dignidad humana. Personas consumistas, egoístas, donde cada vez habrá más pobres y unos pocos ricos en la cúspide que disfrutarán a costa de los demás. Eso es el timo de la adolescencia superficial. Una falsa sensación de progreso que se está inoculando a los jóvenes como si acostarse con quien se quiera y cuando se quiera fuera lo más “progresista” y el noviazgo cristiano y la familia cristiana fueran un eco del pasado ya superado ¿Alguien se acuerda del “Amo a Laura? un videoclip que hicieron para ridiculizar el amor cristiano, el esperar al matrimonio para tener una relación verdadera y abierta a la vida. En definitiva, son conscientes de que destruyendo la familia cristiana destruyen la humanidad, tal como la entendemos. Y para destruir la familia cristiana atacan por el flanco más débil: los jóvenes. Todo esto estaría reflejado, creo, en lo que trasmiten a través de Miley Cyrus: hedonismo, lascivia, drogas, provocación. El gran riesgo está en que jóvenes que no son católicos o han recibido poca formación vayan por este camino, con el cual la degeneración moral de la sociedad sería muy difícil de contrarrestar.
En definitiva, y como conclusión de este artículo, el asunto de Megastar era una cuestión grave que debe ser solucionada cuanto antes. No basta solo con que se haya ido uno de los responsables de aquellas imágenes blasfemas sino que debería haber, entre quienes corresponda, por lo menos una reflexión seria al respecto. Por una parte ¿Realmente hace falta Megastar cuando ya existen Cadena 100 y Rock FM? por otra parte, creo humildemente que un medio católico no puede dar altavoz a mensajes anticristianos. Es cierto, sin embargo, que la industria musical está llena de esos mensajes (lo mencionado de Miley Cyrus es un ejemplo, pero podríamos hablar de casos más extremos como el black metal). Igualmente es cierto que a los jóvenes le gusta un determinado tipo de radio-formulas y en sus gustos musicales se encuentran este tipo de cantantes y músicos. Creo que Javi Nieves, a quien llevo escuchando desde pequeño, no lo está haciendo mal en Cadena 100, pues en antena da muestra de tener grandes valores cristianos, tanto a la hora de expresar opiniones como de compartir su propio testimonio de fe. En cualquier caso, la reflexión que me gustaría dar es, para concluir, que si hay que poner determinada música, porque es la que gusta a la juventud, al menos contemos en los medios católicos, también en las radio-formulas, a católicos y, en general, personas con valores que incluso se atrevan a decir en antena “con el mensaje de esta canción conviene tener en cuenta que no es correcto” y explicar por qué desde principios católicos, por ejemplo a la hora de valorar los gestos de Miley Cyrus, cuyo problema más grande no es que aparezca desnuda en una fotografía, sino todo el trasfondo entorno a ella que se ha explicado en este artículo.

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