lunes, 17 de junio de 2013

Un santo al año


El año pasado, en un grupo de la Renovación Carismática al que acudo los lunes (pues siento me ayuda espiritualmente) propusieron tener presente a un personaje bíblico durante 2012, esforzándose por imitar sus virtudes. Recuerdo que me tocó María, la Virgen y Madre del Señor. Debo admitir que me costó bastante, de hecho mas bien no cumplí con el objetivo marcado. Claro, María no solo es una mujer que aparece en la Biblia (como Judit, por ejemplo) sino que es aquella a quien Dios eligió como madre de Jesucristo, el Verbo Encarnado, por tanto su madre debía ser una criatura perfecta, libre de pecado, sin mancha ni tacha. Sin embargo yo soy una criatura imperfecta, pecadora, tengo manchas en mi alma que van siendo sanadas por Dios.
 
Cuento esto porque hoy me encontrado con un artículo de Susana, una buena amiga y hermana en la fe donde propone algo parecido pero, en cierto modo, diferente. Se trata de escoger a un santo para, durante un año tratar de imitar sus virtudes y, como ella dice, "me dedicaré a conocer mejor a este beato, su vida, su alma y sus virtudes...". Siempre he pensado que para nosotros, criaturas imperfectas, es más fácil ver la vida de un santo y tratar de asemejarnos a él en el seguimiento a Cristo (¡ojo! se sigue al santo en cuanto a su camino de conversión al Señor y se le pide interceda por uno, no se diviniza al santo, como pretenden algunos hermanos separados). Recuerdo hace unos años, en una peregrinación realizada con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia 2005, que hablaba sobre estos temas con unos amigos. Yo les decía "me parece fascinante la vida de los santos, pero parece tan difícil de imitar..." y la chica me respondió "pero ellos eran como nosotros, tenían sus virtudes, pero también sus defectos, eran personas como nosotros". Esta concepción sobre los santos me ayuda mucho pues leo sus vidas y veo a personas normales pero que sintieron fuertemente la llamada de Dios y le siguieron con toda confianza, convirtiéndose al Señor. Es decir, no solo se fiaron de Dios sino que toda su vida comenzó a girar en torno a Él, conformando su corazón al de Cristo.  Por eso comenzaba esta reflexión con María y mi escaso seguimiento de sus virtudes, es demasiado perfecta para mí, aunque si es cierto que hay detalles como su confianza total en Dios, su oración en el silencio (meditaba aquello en su corazón...) pues que si puedo hacer mías. Pero otras, por decirlo de algún modo, se me hacían demasiado cuesta arriba.
 
En definitiva, tras haber leído el artículo de mi amiga me he decidido a tener por Patrón durante este año a un santo elegido al azar. Un santo al cuál imitar en sus virtudes, estudiar su vida y escritos, en definitiva un santo con el que crecer espiritualmente a lo largo de este año, desde hoy 17 de junio de 2013 al 17 de junio de 2014. Lo que he hecho ha sido coger el Santoral que viene en el Evangelio 2013 de Edibesa, pedir ayuda al Espíritu Santo y el santo que me ha puesto como modelo ha sido San Francisco de Sales. Se trata de un santo del cuál he oído hablar mucho, en muchas ocasiones los sacerdotes han mencionado frases suyas en las homilías, sin embargo es un santo bastante desconocido para mí. Es decir, he leído poco sobre su vida, no conozco sus escritos (sin duda, por lo que cuentan, maravillosos). Por de pronto una de las primeras frases que he leído suyas me ha impresionado, pues parece que me lo estuviera diciendo a mi: "La humildad, pues, nos perfecciona en lo que mira a Dios, y la mansedumbre en lo que toca al prójimo". Reconozco que soy poco humilde, más bien soy soberbio, reconozco que no soy manso y pacífico, más bien suelo cabrearme con facilidad. Sin duda veo que Dios me está queriendo decir algo con esto y posiblemente haya escogido para mí a este gran santo porque tiene mucho que enseñarme a lo largo de este año 2013-2014.
 
He visto algunos detalles suyos que me han gustado y me gustaría ponerlos en práctica. Por ejemplo, tras su Primera Comunión se trazó unos consejos que se propuso llevar a la práctica siempre: 1. Cada mañana y cada noche rezar algunas oraciones; 2. Cuando pase por frente de una iglesia entrar a visitar a Jesús Sacramentado, si no hay una razón grave que me lo impida; 3. Siempre y en toda ocasión que me sea posible ayudaré a las gentes más pobres y necesitadas; 4. Leer libros buenos, especialmente Vidas de Santos.
 
Cuando marchó a Padua, a estudiar, se marcó otros objetivos: 1. Cada mañana realizar examen de previsión: consistía en ver que trabajos, que personas o actividades iba a realizar en ese día y planear como iba a comportarse ante ellos; 2. A mediodía visitar el Santísimo Sacramento y hacer el examen particular: examinando su defecto dominante y viendo si había actuado con la virtud contraria a él (durante 19 años, según corazones.org, su examen particular será acerca del mal genio, de aquel defecto tan fuerte que era su inclinación a encolerizarse; 3. Ningún día sin meditación: aunque fuese por media hora, dedicarse a pensar en los favores recibidos por el Señor, en las grandezas de Dios, en las verdades de la Biblia o en los ejemplos de los santos; 4. Cada día rezar el Santo Rosario, no dejar de rezarlo ningún día de su vida, promesa que siempre cumplió; 5. En su trato con los demás ser amable pero moderado; 6. Durante todo el día pensar en la Presencia de Dios; 7. Cada noche, antes de acostarse, realizar examen del día (examen de conciencia).
 
En definitiva, consejos y propósitos que, aunque hay que ser perseverante para ello (os pido oréis por mí) pero creo que puedo cumplir. Por tanto, desde este momento comienzo a peregrinar de la mano de San Francisco de Sales durante un año, imitando sus virtudes, aprendiendo de su vida y formándome con sus escritos. Un gran santo que me ha puesto el Señor para este año.

¿Os apuntais al reto de escoger un santo para seguir su ejemplo durante el próximo año?