jueves, 4 de octubre de 2018

Reflexiones "Hermano Sol, Hermana Luna", en clave franciscana y de superación personal

Hoy me gustaría escribir sobre San Francisco de Asís.  Y quiero hacerlo basándome en unos apuntes que tomé tras ver "Hermano Sol, Hermana Luna", una obra de Franco Zefirelli que, además de ser una de mis películas favoritas, creo que refleja muy bien el autentico espíritu franciscano. Además, se puede decir que en ella aparecen personas pertenecientes a las tres "familias" que componen la Orden Franciscana: frailes, monjas y seglares.


La película comienza con Francisco de Asís regresando de la guerra, enfermo y malherido. Se desmaya cerca de la casa de sus padres. Durante un tiempo permanecerá convaleciente y recordará algunos momentos de su vida pasada que le llenarán de dolor, pero también de motivación para comenzar una nueva vida. Como diré varias veces en este artículo, el silencio no está vacio, pues está lleno de respuestas.

Me resulta francamente interesante el cambio de paradigma en San Francisco, como su vida era antes de su conversión y el cambio que experimenta cuando se convierte. Al principio solo quería correrías y juergas juveniles. No soportaba a los leprosos y veía a las mujeres como meros objetos de placer. Además, estaba obsesionado con la guerra, deseaba convertirse en un soldado. Quien quiso ser caballero de glorias temporales fue caballero de la Dama Pobreza tras la "noche de Espoleto". Cuentan que aquella noche el Poverello escuchó una frase que rompió sus esquemas totalmente: "¿Por qué no sirves al Amo, en vez de al servidor?"... y Francisco decidió volver a Asís teniendo claro que aquello era un mensaje divino. Desde entonces su vida cambió por completo... al igual que cambia la vida de aquellas personas que, desde hace ochocientos años, deciden seguir su camino.
Tras la noche de Espoleto Francisco regaló su armadura a un antiguo soldado venido a menos... y poco a poco fue ayudando a aquellos que estaban heridos dandoles un nuevo sentido como seres humanos creados por Dios.



No obstante, detrás de todo gran Santo hay una gran mujer: acompañando a San Francisco estaba Doña Pica, su madre. En la película aparece siempre pendiente de su hijo: Vistiéndole para la Guerra, cuidándolo en la enfermedad y apoyándolo tras su conversión. Me resulta conmovedora esa escena en la que pregunta a su hijo "¿Qué tienes, Francisco, qué tienes?" y éste junta las manos de su madre en actitud orante y se aleja, como invitándola a orar por él. Pero tiempo después aparecerió la otra gran mujer en la vida de San Francisco, tanto en la vida real como en la película... Santa Clara de Asís. De hecho, resulta un personaje muy entrañable que, en cierto modo, parece decisivo en la conversión de Francisco y su posterior obra. Me gusta especialmente cuando, antes de su conversión, se acerca el Poverello a Santa Clara y, al ver llegar a los leprosos pregunta "¿leprosos?". Y Clara le dice "Sí, leprosos", como indicando que, a pesar de su enfermedad y sus heridas, son personas, por ello tienen dignidad y merecen ser respetados y no repudiados y marginados como les ocurria entonces... ya en epoca de Jesús de Nazaret los leprosos vivian fuera de las ciudades. Pero Jesús ayudó a muchos de ellos. Tiempo después San Francisco iba a seguir el camino de Jesús... aunque en esta escena aún lo desconocía. No obstante, esto podríamos extrapolarlo a los numerosos "leprosos" existentes hoy en día. No debemos despreciar a nadie pues todos, creyentes o ateos, altos y bajos, guapos y feos... todos somos personas. Y por ese motivo debemos tratrar a las otras personas con cariño y respeto.  

Pero tiempo después, cuando San Francisco estaba ya en pleno cambio de conversión, y en proceso de mejora personal, le dijo Santa Clara: "Creen que estás loco porque cantas como los pájaros, miras las flores y hablas a los animales... pero yo creo que antes era cuando estabas loco".  Se trata de una frase que verdaderamente pudo haberle dicho en la realidad. Pensemos un rato en ellos, detenidamente, ¿Cuantas veces ocurre esto? ¿Y nuestra sociedad está mejor de lo que pensamos? Creo que, en realidad, aunque a veces tratemos de pensar que todo va bien... nos mostramos insatisfechos con nosotros mismos y luchamos por ser mejores cada día. Y, de pronto, muchos no comprenden nuestro cambio y piensan que nos hemos vuelto locos. Pero, en realidad, no lo estamos. La verdadera locura reside en ser violento y usar a las personas como objetos, no en ser pacífico y amar a los demás como a uno mismo. La verdadera locura es propia de quienes maltratan a su projimo o le desprecian... y, sobretodo los creyentes, deberiamos tener encuenta que el amor y el respeto al projimo constituyen algunos de los mandamientos que nos enseñó Jesús, de hecho, son normas humanas y primordiales. Nadie es mas que nadie, y nadie es menos que nadie. Tratemos de crear, como hizo San Francisco de Asís, un mundo mejor.


En San Damián, poco después, San Francisco escuchó: "reconstruye mi Iglesia". Como aquella noche, cuando trataba de dormir, y se encontraba en medio del silencio, escuchó una voz que llenó de respuestas su alma. Era Dios quien le hablaba, diciendole que la Iglesia está en ruinas y él debe reconstruirla. Lo cierto es que el Poverello, en un principio, pensó que esta frase lo que queria decirle era que debía reconstruir edificios e iglesias que estaban en ruinas. De esa forma se puso rapidamente manos a la obra: San Damián, la Porciúncula... fue restaurando una tras otra varias iglesias, tanto en Asis como en otras partes de Italia. Además, poco a poco, se le fueron uniendo seguidores con los que, posteriormente, crearía la Orden Franciscana, compañeros que además, aunque todavia no era plenamente consciente de ello, le ayudarian tiempo después a reconstruir la Iglesia de su época.
Los franciscanos fueron un verdadero aldabonazo, una corriente de aire fresco que despertó el corazón aletargado de aquella cristiandad. Y lo hicieron desde la pobreza, la sencillez y la humildad.

Pero una escena que me llama mucho la atención es cuando Francisco, observa las condiciones en las que trabajan los siervos de su padre. Se trata de un momento previo a su decisión de seguir a Jesucristo. Fue cuando decidió cambiar el paradigma de las riquezas y se preguntaba "¿Merece la pena ganar dinero comerciando si explotas a tus trabajadores?". En cierto modo, san Francisco de Asís se dio cuenta de algo que posteriormente denunciaría León XIII en su Rerum Novarum: "los patrones no deben considerar al obrero como un esclavo; deben respetar la dignidad de la persona y la nobleza que a esa persona agrega el carácter cristiano". Vemos en la película, sin embargo, que Juan Bernardone trata a sus empleados como meros objetos laborales y despreciando su dignidad humana. Sé que esto puede sonar un poco atrevido hoy en día. Pero actualmente se critica mucho al Papa Francisco (curioso nombre, nunca hubo un Papa con el nombre de este santo nacido en Asís del que estamos hablando). Se le critica porque trata de ayudar a los pobres, y pide a los gobiernos que ayuden a tanta gente que sufre en el mundo, pasando hambre, victimas de guerras, ect. Sin embargo, muchos, incluso algunos supuestos cristianos, le critican...¿No deberían de plantearse cuanto parecido hay entre lo que pide el actual Santo Padre y lo que realizó San Francisco de Asís hace ochochientos años? repitamos lo de antes... hoy en día vivimos obsesionaos por el ruido o multiples mensajes que en cierto modo nos aturullan y no nos dejan ser realmente cristianos. Hay quien critica al Papa por defender el silencio... sin embargo, el silencio nunca está vacio, pues está lleno de  respuestas. Y eso lo entendió San Francisco de Asís.

Pero sigamos con la pelicula y nuestro querido Poverello de Asís.  Una de las escenas que mas me llama la atención es aquella en la que, ya recuperado de la enfermedad, Francisco va a misa con sus padres... ahí podemos ver la contraposición de los que rezan como mero rito exterior y los que rezan de verdad (ricos y pobres respectivamente, y no me refiero a temas de dinero, pues hay muchas formas de pobreza... y la peor es la espiritual).

En dicha escena podemos ver como San Francisco de Asís vuelve a experimentar un cambio de paradigma... creo que hubiera sido perfecto escucharle en aquel momento dicidiendo "el Amor no es amado", una frase totalmente real. Sin embargo, le escuchamos gritando, en medio de una misa donde los pobres no podían entrar en la iglesia durante la Eucaristia, algo que si hicieron aquellos nobles. San Francisco, de pronto, gritó "¡NO!" y, tras santiguarse con expresión agradecida, se fue de allí y, llegando al campo, trato de profundizar en su encuentro con Dios. Si reflexionamos un poco sobre dicha escena vemos como San Francisco observa la frialdad ritualistica de los ricos y la forma de tratar de vivir con fe y esperanza de aquellos pobres a los que no dejaban entrar a la iglesia durante la santa misa. Pero sobretodo le impactó observar los ojos del crucificado, que de pronto se abrieron con una expresión de disgusto. Si, el Amor no era amado pues... ¿No dijo Jesús "Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo; ¡después ven, y sigueme!" y San Francisco cumplió esto que Jesús sigue enseñandonos cuando leemos o escuchamos esa escena del Evangelio con un joven rico. Si... el Amor no era amado, y San Francisco consiguió amarle y enseñarnos a ser mejores cada día.

Cuando sale de la iglesia, san Francisco contempla la Creación, la maravillosa obra de Dios, y se admira por la sencillez majestuosa de lo que Dios ha creado. Pienso que el Cántico de las Criaturas es la alabanza mas hermosa que podemos expresar a Dios en agradecimiento por la Creación. El Poverello también crea, y lo hace tanto al reparar San Damián como posteriomente aquella Iglesia que amenazaba ruina... y no me refiero a un simple edificio...


Los cristianos corremos el riesgo de vivir una fe "de costumbre" en vez de estar eternamente asombrados por las maravillas de todo un Dios como el nuestro, un Dios que nos ama desde la Eternidad y que cuida de nosotros constantemente y nos hace regalos de los cuales, en muchas ocasiones, ni somos conscientes. Esto, sobretodo, pasa cuando estamos apegados a las riquezas. Y esas riquezas no consisten unicamente en tener mucho dinero. Hoy en día, por ejemplo, hay multiples riquezas... por ejemplo las redes sociales, o la televisión formarían parte de esas riquezas... Es decir, todo aquello que nos aparta de Dios, haciedno no le tengamos presente en nuestra vida y maltratempos a los demás. Creo que los cristianos  no deberíamos estar apegados a estas cosas que "corresponden a los paganos y no a nosotros".
Aunque, por ello, creo que los cristianos, para poder avanzar en nuestro caminar de fe tenemos que dejar de estar tan apegados a lo material o lo tecnológico. San Francisco tira las telas de su padre por la ventana. Esto supone para él un desprenderse de las riquezas para seguir a Jesús de verdad. Poco después exclama "la riqueza nunca os hará felices, vuestros tesoros están en el Cielo".
Pero, en general, ningún ser humano deberia estar apegado a esas cosas. Ojo, el uso inteligente de los avances tecnológicos está bien, la esclavitud mental no. Y no me estoy refiriendo solo a los creyentes, sino a todo ser humano ¿Cuanta gente usa las redes sociales pensando que tienen toda la razón y los demás se confunden, o que poniendo sus fotos muestran que son los mas bellos y pueden mofarse de otras personas? En realidad, ni la riqueza, ni ser el mas sabio según lo que escribes en una red social, o las fotografias que subes a Internet no deben ser tus verdaderos tesoros. 

Posteriormente Juan Bernardone, padre de San Francisco, se presenta con su hijo ante el obispo Guido y este dirá " soy alguien que ha visto la luz, alguien que quiere vivir feliz, libre como los pájaros en el cielo. Si el objeto de la vida consiste en este frío ajetreo con el que llenamos nuestras vidas, no es para mí, el hombre es espíritu, tiene alma, quiero recobrar mi alma".
Después de esta escena San Francisco abandona Asís y se marcha a restaurar la iglesia de San Damián. Aparece entonces Bernardo de Quintavalle, un ejemplo de buen amigo pues no deja solo al Poverello sino que va con él cuando todos los demás le han abandonado. Pregunta por él y va a verle, algo que los demás no habían querido hacer... apesar de que antes de su conversión habían sido amigos suyos... y Bernardo ayuda a San Francisco a aprovisionarse de piedras señalando el lugar donde se encontraba una cantera, y lo ayudará a reconstruir la iglesia de San Damián.



Otra de esas escenas que me llama la atención es cuando discuten el obispo y el regidor de Asís preparando la ceremonia de bienvenida al emperador. Creo que dicha escena muestra como llegan a distorsionar el verdadero Evangelio: Lo que es del César es del César, y lo que es de Dios, es de Dios. En aquella época muchos eclesiásticos eran personas de origen nobiliario que utilizaban la Iglesia para ganar influencia y poder, como posteriormente sucedería con la familia de los Borgia. Sin embargo, los cristianos no estamos aquí para ganar bienes y poderes terrenales, sino para alcanzar la única corona que no se marchita y poder ser verdaderos herederos del autentico Reino: el Cielo... logrando con ello nuestro mayor tesoro: la santidad.
Bernardo de Quintavalle conoce las cruzadas y su personaje se muestra decepcionado por la crueldad que habia visto en aquellas guerras. Quienes no lucharon le intentan mostrar como un heroe cuando regresa a Asís. Sin embargo conocerán lo que realmente estaba ocurriendo.

Lo cierto es que la reconstrucción de San Damián es una de las escenas que mas me gusta de dicha pelicula. Se trata de una iglesia antigua que en época de San Francisco se encontraba practicamente derruida. Pero no estaban solos San Francisco y Bernardo de Quintavalle, pues poco a poco llegaron hasta allí muchas personas de Asis, entre ellas los propios pobres... pero, sorprendentemente, también se fueron uniendo a San Francisco un montón de jóvenes que poco antes se habían reido de él y, sin embargo, terminaron siendo amigos y hermanos suyos. Pero, además, muchos de estos jóvenes que se le unieron se iban a convertir, poco después, en los primeros frailes franciscanos.  Entre estos jóvenes se encontraba un muchacho que quiso ser fraile pero, sin embargo, no llegó a serlo (sobre esto escribiré mas adelante)... un muchacho de la pelicula que, de alguna forma, marca el camino de lo que es la Orden Franciscana Seglar (miembros de la familia franciscana pero viviendo en el mundo siendo laicos. Aunque conviene decir que también hay sacerdotes diocesanos que son franciscanos seglares).  Pero, además, y para sorpresa de San Francisco, tiempo después se le unió Santa Clara... comenzaba también la Orden Franciscana de las Clarisas).



La reconstrucción de la iglesia de San Damián creo que también muestra otra reflexión sobre la Iglesia. Durante la vida de San Francisco de Asís hubo muchos problemas en la Iglesia, y no solo respecto a herejías (que también, de hecho San Francisco y Santo Domingo de Guzman intentaron hacer que los Cataros volvieran a ser cristianos, pero lo intentaron de manera diferente... trataron de hablar con ellos para hacerles regresar al catolicismo). Además, dentro de la propia Iglesia, desde fieles laicos hasta el propio Papa había algunas cosas que San Francisco vio diferentes a lo que había predicado Jesús de Nazaret (por ejemplo marginando a los pobres o alejando de las ciudades a los leprosos (y teniendo en cuenta que Jesús se acercaba a los leprosos para sanarles y San Francisco siguió su ejemplo... creo que nos sirve para darnos cuenta de cuales eran algunos de los errores que cometían muchos cristianos y como el Poverello trató de construir la Iglesia. De hecho, la escena en la que San Francisco llega a Roma, acompañado de los demás frailes, y habla con el Santo Padre, es realmente espectacular. Os recomiendo verla y reflexionar sobre ella. Algunos Cardenales muestran rabia contra San Francisco y sus hermanos y mandan deternos.... sin embargo, realmente maravillo sucede poco después... pero tendreis que verlo en la pelicula, merece mucho la pena.
Por ese motivo creo que la fundación de la iglesia de San Damián tiene mucho significado sobre la recuperación de como debe ser la Iglesia tal y como nos lo enseñó Jesús de Nazaret.

Por cierto, os recomiendo escuchar la historia de San Francisco de Asís contada por uno de mis periodistas preferidos desde que era pequeño... el gran Juan Antonio Cebrian y sus Pasajes de la Historia:


En este relato Juan Antonio cuenta algo que había leido tiempo atrás en algún libro sobre San Francisco (no recuerdo cual de ellos) y su visita al Sultán Malik al Kamil.

Aunque quien me lee puede no estar de acuerdo conmigo, creo que se pueden defender las propias ideas o creencias viendo en el otro un hermano, incluso aunque sea diferente en ciertas cosas. Pueden compartirse opiniones y, antes de juzgar a los demás, debemos señalarnos a nosotros mismos pensando, honestamente ¿acaso podría yo jurar, ante Dios que soy mejor que quien tengo enfrente? Se que quizá suena un poco atrevido, pero creo que el ejemplo dado por San Francisco (y por Santo Domingo de Guzman, y otros santos como Santa Teresa de Jesús) es mucho mas real y cristiano que enfrentarnos a aquellos que consideramos diferentes a nosotros. Por ejemplo, no hay tanta diferencia entre nosotros y aquellos que, no son cristianos pero también creen en Dios
Creo que, antes de juzgar, debemos tener en cuenta una frase concreta del Evangelio, aquella en la que leemos: "el que no está contra nosotros, está con nosotros"... frase dicha por Jesús de Nazaret a sus discípulos.



En cuanto a la canción de San Damián, cuyo lema es "piedra a piedra" me encanta, pues es paso a paso como se avanza en la realización de la misión personal. La perseverancia y el trabajo día a día es clave en la vida. Un trabajo constante y con paciencia. Hace poco escuché que "la prisa mata el amor". San Francisco de Asís, en la vida real, realizó un grandioso camino de santidad y realización interior, pero lo hizo con calma, con perseverancia. Si al principio de su conversión, tras la noche de Espoleto, (en la pelicula) hubiera querido atender correctamente a esos leprosos que cuidaba Clara de Asís seguramente no hubiera podido hacerlo. De hecho, se fue corriendo de allí, sin aceptar que los leprosos también debían ser respetados y atendidos. Lo cierto es que San Francisco, durante el inicio de su conversión necesitaba un camino continuo y perseverante de preparación... y tiempo después, encontrándose a un leproso acabó abrazandole y besandole (esto fue un hecho real, por cierto).
Y así con toda su obra. Si el Poverello hubiera tenido prisa... no hubiera sido santo. Realmente la prisa mata el amor. Y el crecimiento personal es algo que se realiza paso a paso, "partido a partido, jornada a jornada". Uno no puede pretender lograr ser perfecto en el presente momento. Aunque si se puede vivir la santidad en el momento presente. Es decir, no hay que esperar a morirse para ser santo. Hay que esforzarse por ser santo en el momento presente, en el aquí y ahora. Y si uno cae... pues levantarse, pedir perdón a Dios y continuar caminando.

Hoy en día son muchas las personas que no se sienten satisfechas con sus vidas. Por ello es imprescindible educarnos, y educar a los demás, en principios e ideales que llenen el alma y nos permitan realizar esa misión personal.
Además, no estamos solos. La vida es interdependiente. Necesitamos de los demás, y los demás nos necesitan. Por este motivo San Francisco acepta que Bernardo de Quintaval le acompañe, cuando este quiere seguir siendo su amigo (como había sido antes, junto a otros jóvenes, amigo suyo... por cierto, esos otros jovenes iban diciendo que ya no consideraban al Poverello uno de sus amigos... y sin embargo, poco después le seguirían como frailes). Pero Bernardo siguió a San Francisco en ese caminar vital.



El otro día leí una frase a un amigo mío que me parece muy buena: "el silencio no está vacío, está lleno de respuestas". Aunque no es una frase de San Francisco, la veo cierto parecido a este santo italiano. Cuando regresó de la guerra fue cambiando su forma de vida, mejorando como persona ¿Y como lo hizo? guardando mucho silencio. Esto se ve cuando va sanando de su enfermedad y sale a pasear por el campo y, en silencio, mira la naturaleza, escucha a los pajaros y, poco después, se encuentra con la iglesia de San Damián y, entrando, contempla un crucifijo bellísimo que, instantes después (tras un rato en silencio), le parece que le está diciendo algo. Pero también se ve cuando se encuentra con Clara de Asís o cuando, tras hablar con su amigo Bernardo, contempla en silencio una piedra y su amigo se convierte en su primer fraile... en definitiva, un montón de situaciones donde, estando en silencio, escucha muchas respuestas que le llevan a ser mejor persona y, al mismo tiempo, comienza a cambiar el mundo al mismo tiempo que él cambia a mejor. 


Por cierto, hay otro antiguo amigo suyo que termina colaborando con el. Se trata de Jerónimo, uno de los personajes en los que el cambio de paradigma se ve a la perfección. En un principio se ríe de San Francisco cuando llega a San Damiano,  pero finalmente se conmueve y se queda ayudandole. Posteriormente le ocurrirá algo tremendo, pues siente que quiere acostarse con una mujer. Comienza a llorar en plena calle, pensando que se va a condenar pero, sorprendentemente el propio Francisco le libera diciendo "los cristianos no somos un regimiento de sacerdotes para los que el sagrado voto de castidad es obligatorio". Esta frase me encanta, pues me da la sensación de que la pelicula es está refiriendo a la Orden Franciscana Seglar, quienes viviendo en el mundo, pueden ser franciscanos.
Vemos como van el Poverello y sus frailes a Asís, a evangelizar y pedir limosna. En un momento dado Jerónimo, que iba a ser fraile acaba entrando en la casa de una chica. Minutos después vermos que está llorando, arrepentido por lo que ha sucedido. Los frailes pasan por allí y el chico les cuenta lo que acaba de suceder, lo dice con miedo, pensando que le van a reñir... sin embargo, San Francisco, le dice que no hace falta que sea fraile, que puede ir con esa chica, o con otra.... pero, eso si, que debe casarse.

No sé si esta escena aconteció de verdad o no. Pero en cierto modo es una forma de decir "puedes ser franciscano aunque no seas fraile". De hecho, los franciscanos seglares son tan franciscanos como los frailes de la Primera Orden y las monjas de la Segunda Orden. Solo que el franciscano seglar, como he dicho antes, puede casarse, o puede ser un sacerdote diocesano que decide ser también franciscano seglar. El Poverello no le está diciendo a su amigo que la castidad no sea obligatoria en los frailes y las monjas, sino que le está diciendo que no hace falta ser fraile para seguir sus pasos. De hecho, le anima a casarse con una mujer. Esto lo interpreto en clave de la Orden Franciscana Seglar, los llamados Terciarios. Se trata de la tercera Orden creada por San Francisco, compuesta por hombres y mujeres seglares que pueden casarse (aunque también, como he dicho, hay sacerdotes diocesanos que pertenecen a dicha Orden). La clave de Jerónimo es la de tantas personas que siguen un camino que, en principio, no comprendían e incluso se habian llegado a reir de ello. De hecho, alguna vez escuché a un sacerdote decir "¿Quién se lo iba a pensar de mi, con lo que antes criticaba a los curas?". Dios siempre sorprende, por ello no tenemos que encerrarnos en nosotros mismos, sino que tenemos que estar abiertos a lo que nos va poniendo en la vida. Y debemos aceptar cambiar de paradigma cuando vemos que algo, que nos rompe los esquemas, resulta de Dios. Aunque para esto es vital el discernimiento, ojo.
De hecho, muchas veces he escuchado algo sobre la oración que me recuerda a esa frase de "el silencio no está vacio, sino que está lleno de respuestas". Cuando oramos, rezamos, no tenemos que estar todo el tiempo hablando... pues también debemos escuchar a Dios. Pero para escucharle debemos estar en silencio.

Por cierto, una cosa que siempre me ha gustado de an Francisco es que le ofrecieron ser sacerdote y el se negó. Aunque aceptó ordenarse diacono.



Hermano Sol y Hermana Luna... se trata de una película apasionante sobre nuestro querido San Francisco de Asís. Para mí, desde luego, es la mejor película realizada sobre este santo italiano. Os recomiendo verla, pues creo que os gustará y, además, tiene enseñanzas realmente buenas, Aunque
San Francisco vivió hace ocho siglos, sigue siendo plenamente actual. Creo que si tratamos de conocerle un poco mejor cada día, tratando de seguir su ejemplo, nuestra vida mejorará muchisimo y, al mismo tiempo, podremos ayudar a los demás. Quizá, al menos en mi país, ya no hay leprosos. Pero sigue habiendo muchisimo sufrimiento, y podemos ayudar a quienes sufren. Y esto puede hacer que la humanidad mejore poco a poco si empezamos ayudando a las personas mas cercanas a nosotros y posteriormente ayudamos a los demás.

Hoy, cuatro de octubre, es el día de San Francisco de Asís. Falleció la noche anterior, pero antes de irse dio su ultimo mensaje con una oración que, al mismo tiempo, habla sobre Dios y su creación dándole gracias por la alabanza, la gloria y el honor, la hermana luna y el hermano sol, la hermana agua y la hermana tierra... en definitiva, algunas de aquellas cosas que, gracias al silencio que había practicado en diversos momentos del día le habían ayudado a ser mucho mejor persona y, como creyente, haberse acercado a Dios siendo santo.



Recuerda esa frase de mi amigo que he escrito varias veces en este articulo: "el silencio no está vacío, está lleno de respuestas". Eso se puede ver claro cuando somos conscientes de la vida de San Francisco de Asís. Hoy en día, sobretodo en las ciudades, vivimos rodeados por el ruido. Parece que queremos estar escuchando todo el rato ruidos y sonidos, sea con el móvil, la televisión, escuchando musica... y curiosamente a San Francisco le ocurría algo parecido. Antes de orar y practicar esos silencios que le enseñaron aquellas respuestas que le ayudaron a crecer y mejorar, había querido tener muchos ruidos a su alrededor... ruidos cuando por Asís participaba en determinados jolgorios, o cuando fue a la guerra... sin embargo, cuando enfermó se dio cuenta de que habia estado lleno de ruidos y en realidad no era verdaderamente feliz. Sin embargo, cuando aprendió a disfrutar de aquellos momentos de silencio que le entusiasmaban comenzó a vivir de tal manera que encontró la verdadera felicidad.

No estoy diciendo que tengamos que estar todo el rato en silencio, evidentemente. De hecho San Francisco no estaba todo el rato en medio del silencio. Pero lo cierto es que todos aquellos momentos de silencio a diario, mientras oraba, meditaba, paseaba por el campo... le hicieron mejorar como persona y logró ser uno de los mejores santos que han existido.

Espero que os haya gustado el articulo y os animo a ver la película. Paz y Bien

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