domingo, 26 de febrero de 2017

Lógica filosófica aplicada a la motivación y superación personal

Don Pablo Domínguez era un sacerdote genial. Daba clase en la, por entonces, facultad San Dámaso. Tuve la suerte de conocerle personalmente pues fue mi profesor de Lógica durante el primer cuatrimestre del curso 2008-2009. Fue un tipo carismático y alegre, uno de esos sabios cuyas enseñanzas te marcan realmente de por vida. También era muy deportista, de hecho había subido todas las grandes cimas de nuestro país. Pocos días después de los exámenes de febrero falleció en el Moncayo, durante el descenso. Nos enteramos al día siguiente al bajar del avión, veníamos de Roma. Su muerte me impactó profundamente y, desde entonces, intento mantener viva la huella que dejó en mi alma mediante la lectura de obras filosóficas e intentando reflexionar sobre todo lo que acontece en mi vida, lo que leo, las situaciones que ocurren a mi alrededor y, en general sobre cualquier ámbito de la realidad. Creo sinceramente que la filosofía es la mejor forma de trabajar la cuestión del crecimiento y la superación personal. De hecho pienso que para ser feliz es bueno dedicar unos minutos al día para reflexionar sobre las típicas cuestiones filosóficas ¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿Dónde voy? y ver si estoy actuando conforme a mis principios y valores.


Aprovechando que el próximo 10 de marzo mi amigo Jaime y yo vamos a organizar un evento sobre motivación personal, oratoria y emprendimiento, ambos hemos querido dedicar, de alguna forma, esta semana a la Filosofía, esa eterna búsqueda de la sabiduría que realmente lleva al hombre a crecer en todos los aspectos de su vida. En mi caso dedicaré unos días a escribir sobre varios aspectos concretos de la Filosofía que pueden aplicarse a diferentes áreas del crecimiento y la motivación personal. Sobre el evento tenéis toda la información en este enlace de Youtube. Hoy me gustaría reflexionar sobre como la Lógica puede aplicarse a éste tema. Para ello haré uso de los conocimientos que me enseñó este gran sacerdote cuyo recuerdo he traído al inicio del artículo.

Decía don Pablo que la realidad está regida por un Logos. De hecho, nos remitía al prólogo del Evangelio de San Juan: "Y en el principio era el Logos, y el Logos era Dios". Quizá a alguno le pueda sorprender, pues mas bien estamos habituados a escuchar esta frase con términos como "La Palabra", o "El Verbo". En griego  Logos significa Palabra y, durante los primeros siglos, los filósofos cristianos utilizaban este vocablo para debatir con los pensadores paganos. Decían estos filósofos que el Logos no solo existía desde el principio junto a Dios (siendo igualmente Dios) sino que, además, era la palabra razonada. Don Pablo Domínguez, igual que otros profesores de San Dámaso, nos enseñaban que, además, a los cristianos hablar de Logos nos permite defender que fe y razón son términos análogos, pues en un creyente la razón está iluminada por la fe y la fe es perfectamente racional. También explicaba que la realidad está regida por el Logos y que el estudio de la Lógica enseña al hombre a distinguir entre lo verdadero y lo falso, entre las opiniones y la verdad.


Sinceramente, pienso que tener claro esto es muy importante a la hora de hablar de motivación y superación personal. Uno de los problemas que observo, tanto en muchos libros considerados como de "autoayuda" como en los clásicos mensajes de motivación o tipo "coaching" y demás es, precisamente, que en cierto modo falta cierto desarrollo lógico en ellos. Para argumentar mi postura me referiré a una frase de Paulo Coelho bastante famosa y que es ampliamente difundida como si fuera cierta por sí misma y tuviera algún tipo de validez. Se trata de aquella frase que dice: "Desea algo con todas tus fuerzas y el Universo conspirará a tu favor". Esta impactante afirmación ¿es verdadera o falsa? ¿opinión personal del autor, o verdad irrefutable?  Bajo mi punto de vista, analizándola desde un punto de vista lógico y racional, creo que podríamos considerar dicha afirmación como una falacia. Es decir, se trata de un argumento que parece válido pero no lo es. Quizá se la pueda encuadrar dentro de las falacias conocidas como "ad nauseam" (repetir, de forma reiterada y constante, una afirmación hasta lograr asentarla como parte de las creencias de un individuo o de la sociedad haciendo de ella una verdad incontestable). Se trata de una frase que cuya veracidad parece incontestable, pero ¿realmente lo es? Como, por lo general, suele ocurrir con la mayoría de las grandes frases de autoayuda, las palabras utilizadas por Coelho tienen como objetivo tocar las emociones del receptor. Apuntan directamente la corazón, pues hacen referencias a los deseos humanos bajo la pretensión de que el Universo (¿O mas bien su Creador?) está a merced de estos. Muchos pueden pensar que esta frase, al haberla leído tantas veces es cierta. De hecho, es lo que suele ocurrir con este tipo de frases. Cuánto mas las escuchamos, mas ciertas nos parecen. Esta frase concreta de Coelho tiene como peligro que caigamos en la falsa creencia de que, si hay personas que dedican tanta energía a repetirla y difundirla, es porque se trata de una frase mas veraz que cualquier argumento esgrimido por quien no la considere verdadera. Por otra parte, ya he dicho que es una frase muy bonita, pero no verdadera, pues no hay relación entre las dos premisas que defiende. Veamos:

Paulo Coelho nos habla en la mencionada frase sobre el deseo. Según Aristóteles, toda elección humana es "deseo inteligente". El ser humano, al contrario que los animales, no desea por impulso de supervivencia, sino por móviles distintos de sus acciones. Nuestros deseos están marcados por conceptos como virtud y vicio, justicia e injusticia, bondad y maldad o belleza y fealdad. Y son deseos verdaderos y loables cuando están basados en los verdaderos principios y Valores que deben regir la conducta humana. En cualquier caso, cuando elegimos aquello que deseamos, lo hacemos utilizando la razón, aquello que nos diferencia de los animales. Pero además de la razón utilizamos, sobretodo, la voluntad —cuyo objeto es querer el bien, presentado por la inteligencia (o razón). Este bien puede ser real o aparente—.
Otro filósofo griego, Heráclito, hablaba del Logos como razón universal, ley común que gobierna el mundo posibilitando el orden y la justicia. A este mismo Logos el cristianismo lo conoce como Hijo de Dios, Palabra creadora, trascendente y comunicativa. Es decir, el Logos ha participado de la Creación junto con el Padre y se ha dado a conocer a través de la Encarnación en Belén. Y, además, sigue actuando en la historia del hombre llevándole por el camino del bien siempre que éste se rija bajo su Ley Universal y los verdaderos principios (honestidad, integridad o coherencia, entre otros).



¿Cuál es el problema que nos presenta la frase de Paulo Coelho cuando la analizamos desde la razón? ¿Por qué es falsa? Dios ha creado el mundo por pura gratuidad, por amor. Como veremos en otro artículo, es incausado e increado, no debe su existencia a nadie. Dios existe porque es, y es porque existe. Su esencia consiste en existir. Y no necesita de nada, ni de nadie, para hacerlo. Si crea por amor lo hace porque es bueno. Dice San Francisco de Asís aquello de "Señor, eres el todo Bien, el sumo Bien". Dios crea por amor y, aunque nos da libre albedrío (libertad para elegir), nos ha dotado de razón y, por ello, de capacidad para buscar el bien en nuestra vida y para los demás. Y también nos ha dotado de principios y valores que son evidentes por sí mismos.

Esto es perfectamente lógico pues, si Dios ha dotado de orden al Universo, es razonable que también le haya dado unas leyes al hombre para cuidar de ese orden (no olvidemos que, según el Génesis, Dios pone al hombre al cuidado de la Creación). Decía don Pablo Domínguez que la realidad no es neutra sino positiva. Existe porque alguien (Dios) la ha querido. Por tanto, si aquello que quiere Dios es positivo, podemos decir que lo negativo es lo que Él (que es amor, recordemos) no quiere. De hecho, la definición metafísica de mal es, precisamente, "ausencia de un bien debido". Dios, nos ha dotado de razón y ésta, al estar iluminada por la fe, nos hace capaces de identificar aquello que está bien o mal. Cuando un perro ataca a un niño no es consciente de que está haciendo algo que los humanos llamamos "malo". No es consciente de sus acciones, el hombre sí. También se puede decir que el perro no es dueño de su voluntad, el hombre sí.

Puesto que tenemos capacidad de raciocinio y de discernir lo bueno y lo malo, mediante nuestra interioridad podemos conocer esa Ley Universal que, al haber sido establecida por Dios, está orientada hacia el bien y, según Heráclito, llevamos impresa en el alma. Mediante la conciencia (siempre que esta no se encuentre oscurecida por un problema mental o por la reiteración en malos comportamientos) podemos ser conscientes de si estamos actuando conforme la Ley Universal. Por eso nosotros sabemos que atacar a otra persona está mal (del mismo modo es moralmente malo atentar contra cualquier otro aspecto de la Creación, sea un animal o sea la naturaleza). No obstante, es cierto que defenderte de un asesino atacándole sería defensa propia. Y en este caso no sería una acción mala moralmente (si lo sería en el caso del atacante, pero no en el caso de quien se está defendiendo). 

A esta Ley Universal los cristianos la conocemos como los Diez Mandamientos. Sabemos que asesinar, robar o cometer una violación son cosas malas ya que llevamos esa Ley Universal impresa en el alma. Por ello, nuestra conciencia nos avisa cuando cometemos una de estas acciones contrarias al Bien, al ser contraria a Dios.Y sentimos dolor interior al ser conscientes de estar obrando mal.


¿Por qué cuento esto? Porque considero que asumir sin sentido crítico tanto este tipo de frases como los libros de autoayuda puede llevarnos a cometer errores sobre los que conviene advertir. Si somos creados por Dios, que es el Bien y nos ama, estamos destinados a dejar una huella y una influencia positiva en los demás. Pero, para ello, debemos regirnos mediante unos principios y paradigmas correctos, siendo conscientes de quienes y como somos en realidad. Por otra parte, al ser criaturas racionales y orientadas al bien, el deseo debe igualmente llevarnos hacia aquello que es bueno para nosotros. Y, además, sabemos que la aceptación es un elemento clave tanto para el cristiano como para estos estos temas del crecimiento y la motivación personal. Y aceptar la voluntad de Dios (que, como digo, nos ha creado por amor) es fundamental para un cristiano y, honestamente, creo que para cualquier ser humano. Aquí viene mi argumento sobre dicha frase de Paulo Coelho:

Por una parte, el Universo es una creación de Dios que no tiene voluntad propia ni capacidad de raciocinio ninguno. Es decir, el Universo no puede "conspirar" a favor, ni en contra de nadie, sencillamente porque se trata de un ser inanimado (es decir, ni es vegetal ni es animal ni es humano). En todo caso, quien puede hacer que se cumplan los deseos de una persona es Dios, el Creador, no el Universo, su creación.
Pero, por otra parte, aquello que deseamos puede ser, o bien malo per se , o no bueno para nosotros. Por ejemplo, una persona que tenga mucho odio hacia alguien tal vez le desee todo el mal posible. Pero Dios, que es el Bien con mayúsculas, bajo ningún concepto va a "conspirar" para que la persona odiada sufra algún mal. Si bien es cierto que, tal vez, podría permitir que a una persona le ocurriera algún tipo de mal. Pero no lo estaría haciendo para satisfacer deseos de alguien movido por afectos desordenados, sino que lo estaría permitiendo con el objetivo de sacar un bien mayor de ello. Por ejemplo, Una persona supersticiosa que fuera maldecida por alguien. Dios no va a provocar el mal en el supersticioso. Pero si puede ocurrir que permita que le ocurra algo "malo" con el objetivo de que esa persona se encomendase a Él y comenzase a tener confianza en que nada malo ocurre si Dios no lo permite. De esta forma es persona abandonaría la superstición que, por otra parte, no está conforme a la razón (pues ésta nos lleva a ser conscientes de que es Dios quien rige la realidad y todo lo que ocurre en nuestra vida). 

Por otra parte, yo puedo desear algo con todas mis fuerzas. Pero quizá eso que deseo no es bueno para mí por múltiples razones. Tal vez porque esté deseando algo para lo que no tenga aptitudes, o quizá porque esté en contra de aquello que define como soy (mis principios y valores). Si, por ejemplo, no tengo aptitudes para ser futbolista, Dios no va a "conspirar" para que consiga serlo. Si hubiera querido que fuera futbolista me habría dotado, al crearme, de talento para jugar bien al fútbol (recordemos que, tal como se afirma en Metafísica, ya en el momento de la concepción somos creados con todas las características que desarrollaremos a lo largo de nuestra vida, los dones y talentos están en ese momento en potencia). Del mismo modo, puede ser que aquello que deseamos sea inmoral y, por tanto, atente contra nuestros principios. Por ejemplo, te gusta una chica muy guapa y tienes un deseo de tipo sexual inmoral para con ella. Por mucho que lo desees, Dios no va a favorecer ese deseo tuyo inmoral con esa chica.


Con todo esto quiero decir que el peligro de los libros y mensajes de autoayuda, coaching y demás radica, especialmente, en que pueden provocarnos fustración. Como vemos, Fulano puede desear con todas sus fuerzas ser médico, pero si Dios le ha creado con una sensibilidad tan fuerte que cada vez que esta persona ve una herida es incapaz de aguantar la mirada y se pone malo, en ningún caso va a "conspirar" Dios para que Fulano sea médico, pues ni tiene aptitudes ni sería tampoco bueno para él serlo, ya que iba a estar pasándolo muy mal cada vez que tuviera que atender a un paciente. Además, frente a la frustración está la aceptación. Para poder ser verdaderamente felices debemos aceptar las cosas como son. Y para poder aceptar las cosas como son, al igual que para poder aceptar siempre la voluntad de Dios, debemos actuar con Lógica, con raciocinio, discerniendo para saber si estamos en lo verdadero o en lo falso y para no caer en mensajes que suenan muy bonitos pero no tienen una base real o, cuanto menos, no lo son al 100%. La realidad nunca va a ser tal como la deseamos. La realidad es tal como es. Aceptarlo es fundamental para nosotros. Del mismo modo, aprender a jugar nuestro papel en la realidad, con nuestros dones y talentos, limando nuestros defectos, también lo es.

La Lógica, por tanto, nos ayuda a comprender que las cosas no son como nosotros queremos, sino que son tal como Dios ha ordenado la realidad al crearla. Y la Lógica nos enseña también que la aceptación de las cosas tal como son, y de la propia voluntad de Dios, es la manera mas sana de enfocar esa realidad. Por ejemplo, cuando muere una persona querida sentimos una pena profunda. Es normal sentirla, pues hemos estado muy unidos a esa persona, sea por amistad o porque era miembro de nuestra familia. Si esa persona, por ejemplo, estaba enferma de cáncer, tal vez nosotros deseábamos que se curase, y es completamente normal hacerlo, pues queríamos su bien. Pero nuevamente la frase de Paulo Coelho se torna falsa. La muerte forma parte de la vida, al igual que la propia enfermedad. Todos, como seres humanos que somos, nacemos, crecemos y morimos (no digo lo de "nos reproducimos" porque no es el caso de todas las personas, obviamente). Morir no es algo "malo", sino que forma parte de la propia vida. Como hemos visto, somos creados por Dios y nuestras vidas están regidas por las leyes naturales y universales que Él ha creado (entre ellas el hecho de nacer y morir). Si la frase de Paulo Coelho fuera cierta no existiría la muerte, pues obviamente nadie quiere que los suyos se mueran. Solo cuando aceptamos que la vida es un regalo de Dios y que como criaturas suya nuestra en realidad le pertenece a Él, podemos afrontar sin frustración la muerte de un ser querido. Esto seguramente no lo entiendan todos los lectores, pero realmente nuestra vida no nos pertenece, del mismo modo ocurre con nuestro destino. Tan sólo puede entenderse desde un correcto uso de la razón que nos lleve a comprender que Dios es el dueño de la vida y de la muerte. Y que, aunque parezca paradójico, cuando se lleva a un ser querido no es porque nos quiera mal, sino porque esa persona ha sido un regalo para nosotros y, si ha sido una influencia positiva para nosotros, nos ha enseñado cosas con las que nosotros podremos ayudar y enseñar a otras personas. Por ejemplo, el padre de Fulano era muy sabio y enseñó a su hijo muchas cosas. Fulano se las podrá enseñar a su hijo Mengano y, con su buen comportamiento, ambos ejercerán una influencia positiva en los demás. Y, de ésta forma pueden hacer del mundo un lugar mejor. Decía el inolvidable Juan Antonio Cebrián que "morir es la consecuencia de la vida y de nosotros depende que cuando lleguemos a ese momento lo dejado atrás sea lo suficientemente relevante como para dignificar la memoria que leguemos a nuestros sucesores".


Por tanto, la aceptación de la voluntad de Dios nos ayuda a crecer. La frustración nos lleva al estancamiento vital, al igual que la resignación. En mi caso, como ya sabéis, fui seminarista. Cuando salí del Seminario me dejaba llevar por el corazón pensando "es que quiero volver al Seminario", pero mi razón me decía "tu no tienes vocación sacerdotal, no puedes volver". Ser sacerdote es una cosa buena, porque ayudas a los demás. Pero, para mí, no era bueno ser sacerdote porque no cuento con las aptitudes necesarias para ello, y porque no es la voluntad de Dios en mi vida. La Lógica me ayudó a comprender que Él había diseñado algo mucho mejor que el sacerdocio para mí (es decir, no mejor que el sacerdocio en cuanto a tal, sino mejor que el sacerdocio PARA mí). Ser consciente de mí mismo me ayudó a comprender que realmente me entusiasmaban dos cosas: la Historia y, fundamentalmente, escribir y comunicar. De éste modo es como puedo dejar una huella en el mundo, un legado positivo que pueda dignificar la memoria que legue a quienes vengan después. Acepté que lo mío no era el sacerdocio sino algo mejor para mí. Y, cuando lo hice, logré salir de la depresión y comencé a crecer como persona.

Aquí está el quid de la cuestión. Si Dios, que es bueno, me ha creado y quiere el bien para mí, me ha dotado de una serie de valores y principios que conforman gran parte de lo que soy como persona para que pueda realizar su voluntad, esto es, la misión personal a la que estoy llamado. Para ello también me ha dado unas aptitudes y talentos que, mediante el discernimiento, tengo que descubrir. Se puede pensar ¿Por qué no me los revela cuando nazco? pues porque nos ha dado libre albedrío, ya que no puede obligarnos a amarle, ni tampoco a hacer su voluntad. Nos orienta hacia ambos, pero nosotros podemos elegir si hacerlo o no. Si tengo esas aptitudes y talentos es para que pueda realizar esa misión personal. Cada uno tiene la suya propia. Y el objetivo de esa misión personal se concreta en la Eternidad. Si actuamos según la voluntad de Dios y su Ley Universal (y actuar bajo los verdaderos principios es actuar de ésta forma) habremos dejado una huella en el mundo, ejerciendo una influencia positiva en los demás y habremos sido realmente felices. Al fin y al cabo, esto es lo que han hecho santos como, por ejemplo, san Francisco de Asís.

Por tanto ¿En qué ayuda la Lógica a la superación y la motivación personal? Nos hace entender que somos criaturas dotadas de razón y, por tanto, podemos saber qué está bien y qué esta mal. También nos ayuda a ser conscientes de nosotros mismos. Si observamos al resto de animales, podemos darnos cuenta de que hay varios aspectos que nos diferencian de ellos: tenemos alma, voluntad propia y capacidad de crear y utilizar con inteligencia aquello que Dios ha puesto a nuestro servicio (agricultura, ganadería...). Luego, de alguna forma, los seres humanos somos criaturas especialmente amadas por Dios. Además, el propio Logos se hizo carne con el nacimiento de Jesús en Belén. Podía haberse revelado al ser humano de infinitas maneras. Pero se hizo hombre. Y no solo nos dotó de capacidad de pensar, sino también de alma. Por ello se puede decir que somos seres espirituales. Y, por este motivo, Ángel Lafuente, uno de los mejores oradores del mundo, insiste en que cada persona es "lo mas sagrado de este mundo". Especialmente se refiere a los bautizados pues, además de ser criaturas creadas por Dios, dotados de alma, somos también tabernáculo del Espíritu Santo que habita en nosotros y nos mueve interiormente para que podamos hacer el bien. Pero la propia capacidad de pensar, cuando está regida por los verdaderos principios y valores, también nos puede ayudar tanto a conocer el bien como a practicarlo.


Pero la Lógica también nos ayuda a comprender que para conseguir aquello que nos proponemos debemos trabajar en ello. Recuerdo un curso sobre "como hablar con eficacia" que nos dio el mencionado orador hace unos años. Durante aquellas horas insistía en que para dejar huella uno tiene que currarselo. Efectivamente, aquello de "ora et labora" sigue siendo plenamente actual. Según la frase de Paulo Coelho que estamos desgranando, bastaría con desear algo con todas las fuerzas para lograrlo. Sin embargo, no es así. Si Cristiano Ronaldo se hubiera conformado con soñar que iba a ser el mejor del mundo, y no hubiera entrenado duramente, nunca lo hubiera conseguido. Pero, como sabemos, aún a día de hoy, cuando es una super estrella mundial, sigue siendo el primero en llegar a entrenar a la Ciudad Deportiva y el último en irse. Incluso en casa dedica tiempo a seguir entrenando. Y todo ello porque tiene como meta ser el mejor el mundo, ama su deporte y trabaja con pasión y constancia para conseguirlo.
Del mismo modo, a un agricultor cristiano no le bastaría con rezar para que la tierra diera fruto por sí misma. Es cierto que a San Isidro le ayudaban los ángeles durante su tarea agrícola. Pero él no separaba la mano del arado, sino que además de rezar trabajaba para poder recoger posteriormente los frutos de su trabajo. Se podría decir, por tanto, reza y trabaja. Desea algo y trabaja por conseguirlo. No pienses que una entelequia llamada Universo te va a resolver la papeleta por tu cara bonita. Como creación de Dios eres, de alguna forma sagrado. Pero no por ello mereces que Dios te regale algo sin que te esfuerces para conseguirlo. Ya te ha regalado unos dones y talentos al nacer que puedes utilizar cuando trabajes por lograr aquello que te has propuesto. 

La Lógica también nos enseña otro aspecto fundamental: la paciencia es la madre de la ciencia y, además, la prisa mata el amor. Si te crees eso de "el universo conspirará a favor tuyo" pueden pasar dos cosas: A, estarás toda la vida esperando a que llegue aquello con lo que sueñas; B, te desesperarás preguntándote por qué no llega y tu impaciencia y frustración irán en aumento. Por tanto, tenemos suficientes motivos para leer con ojo crítico este tipo de frases y libros. En 1978 le dijeron a Michael Jordan, posiblemente el mejor jugador de baloncesto de la historia (para mí Magic Johnson está a su altura, aunque fuera menos "espectacular") que no valía para jugar con el primer equipo del Instituto Laney, en Carolina del Norte. Otro se hubiera frustrado. O tal vez se hubiera dedicado a "soñar con todas las fuerzas esperando a que el Universo conspirase a favor suyo".
No fue el caso de Jordan. Desde entonces comenzó a entrenar duro, cada vez de forma mas exigente, llegando a desarrollar un nivel competitivo tan alto que, como todos sabemos, hizo historia jugando con aquellos inolvidables Chicago Bulls durante los años noventa. Otro caso de trabajo duro y gran paciencia es el de Miguel Indurain. Con apenas 21 años llegó a vestirse con el maillot de lider en la Vuelta Ciclista a España. Si bien es cierto que la madurez deportiva de un ciclista llega sobre los 27-28 años y todos sabían del gran potencial que aquel espigado ciclista tenía, en realidad muy pocos confiaban en que podría llegar a ganar el Tour de Francia. Especialmente se dudaba que fuera capaz de subir eficazmente los duros puertos de montaña franceses por su envergadura. Durante unos años entrenó duro, siendo gregario del gran Pedro Delgado, un trabajo que afrontó con gran paciencia. En 1990 ocurrió algo que para muchos hubiera supuesto una gran frustracíón, especialmente para quienes esperan que "el Universo conspire a su favor". Induráin formaba parte de una fuga en la que se encontraban Breukink, Lemond, Eduardo Chozas, entre otros. Perico Delgado, líder del equipo Banesto por entonces, se había quedado atrás junto con Gianni Bugno. Sin embargo, Eduardo Echavarri y Javier Mínguez, los directores de equipo, mandaron parar a Miguel Indurain. Esto ocurrió durante las últimas etapas de aquel Tour de Francia y, muy probablemene, el ciclista navarro podría haberse vestido de líder y haber llegado a ser campeón ya en ese mismo año. Indurain aceptó la situación, esperó pacientemente su oportunidad y siguió entrenando duramente. Un año después, como todos sabemos, ganó el primero de sus cinco Tours de Francia.
Por otra parte, la impaciencia mata el amor. Tanto Jordan como Indurain amaban sus respectivos deportes. Pero eran conscientes de que debían trabajar con paciencia, pues de otra manera el ver que, aparentemente, los frutos no terminaban de llegar, les hubiera provocado frustración y abatimiento. Por tanto, no esperes a que el Universo "conspire a tu favor". Trabaja duro por conseguir aquello que deseas, poniendo todas tus fuerzas para conseguirlo. Y trabaja poniendo pasión en tu labor. Pero, sobretodo, no te obsesiones por llegar cuanto antes a la meta. Disfruta del camino. Y, si no logras lo que consigues, no te obceques en ello. A veces es bueno cambiar de rumbo en la vida. Pero hay que saber hacerlo a tiempo para no perder el tiempo inútilmente.  Por ello también es importante actuar con lógica en la vida, utilizando ese maravilloso regalo que nos ha dado Dios: nuestra capacidad de pensar. Razonando podremos discernir. Y discernir nos permitirá conocer cual es verdaderamente nuestro destino y como podemos conseguirlo.

La Lógica, por tanto, nos ayuda a, siendo conscientes de estas cosas, enfocar la vida de forma positiva, haciendo el bien y actuando en nuestra vida según esa Ley Universal de la que hablaba Heráclito y que los cristianos englobamos dentro de los 10 Mandamientos. La Lógica nos ayuda a ver que, puesto que somos criaturas racionales y con alma, no hay ningún motivo para que nos hostiguemos a nosotros mismos con mensajes negativos que nos hieran. Como tampoco lo hay para que actuemos de ese modo con los demás. La Lógica nos ayuda a ser conscientes de que, puesto que tenemos tales dones y talentos y hemos sido creados por amor por Alguien (por tanto nuestra vida es siempre positiva), podemos dejar una huella en los demás ejerciendo una influencia positiva en ellos mediante una Misión Personal (al fin y al cabo la voluntad de Dios para nosotros) que nos ayudará a ser felices tanto en esta vida como en la otra. Pero, del mismo modo, la Lógica también nos hace darnos cuenta de que, ya que podemos distinguir lo verdadero de lo falso, debemos hacerlo. Hay algunos libros de autoayuda que pueden ser buenos. Del mismo modo que muchas frases motivadoras son ciertas. Pero, como hemos visto, existen también frases falsas como esa de Paulo Coelho sobre la que he escrito y que pueden hacer mucho daño. Especialmente por la frustración que puede llegar a provocar en muchas personas. La Lógica nos enseña que, cuando uno acepta las cosas como son (por ejemplo Jordan e Indurain) y trabaja por seguir creciendo, potenciando las cualidades y limando los defectos, poniendo pasión y entusiasmo en lo que uno se propone, puede lograr aquello con lo que sueña. Pero la Lógica al mismo tiempo nos enseña que la vida es un regalo pero lograr dejar una huella en el mundo depende de dos cosas: el tiempo empleado en trabajar por lograrlo y el amor que pongamos en ello. No esperes que el Universo conspire a tu favor, porque no la va a hacer. Dios puede ayudarte en la vida, y realmente lo hace. Pero para ello debes hacer tres cosas: confiar en Él, hacer su voluntad aprovechando los dones y talentos que te ha dado para realizar la Misión Personal que te ha encomendado, y, sobretodo, trabajar con paciencia, amor y entusiasmo.
 
En definitiva, amigos míos, termino este artículo aconsejando que utilicéis la filosofía en vuestra vida, especialmente la Lógica que, como hemos visto, esclarece muchas cosas que a veces pueden no estar del todo claras. Os invito igualmente a que os inscribáis al curso SFD de Oratoria, Motivación Personal y Emprendimiento que estamos organizando mi amigo Jaime y yo. Podéis hacerlo en: eventosfdmadrid@gmail.com