Hace unos meses tuve un agrío debate con una persona acerca del apostolado. Ambos teníamos una visión completamente diferente sobre la evangelización. Al menos en lo que respecta a la evangelización en las redes sociales. Ésta persona defendía un apostolado "de la vieja escuela", de los de "la letra, con la sangre entra". Poco antes, había habido una fuerte discusión entre varias personas, tras una publicación que yo había realizado en mi perfil personal de una conocida red social. Una discusión que tenía el aborto como eje central y en la que participaron dos bandos opuestos que se enzarzaron en un debate lleno de fuertes insultos cruzados.
Aquello supuso para mí un punto de inflexión. La polémica que se montó fue tan escandalosa que llegó a producirme un ataque de ansiedad e, incluso, pánico. Fue hablando con la mencionada persona cuando, tras reflexionarlo a conciencia, llegué a la conclusión de que los cristianos tenemos el gran riesgo de ser pésimos comunicadores y de provocar que la gente, en vez de acercarse a la Iglesia, se aleje de ella. Como dice un amigo sacerdote, tenemos la mayor noticia de la historia pero no sabemos comunicarla. Y, como digo yo, no solo no sabemos comunicarla sino que, además, nos dejamos envolver por la mundanidad imperante en nuestra sociedad. Y, con esto, nuestra labor evangelizadora resulta totalmente ineficaz, pues la sal se vuelve sosa y la miel pierde su sabor.
Como joven cristiano que soy, tengo una presencia activa en varias redes sociales. Desde 2008, cuando comencé a utilizarlas, he observado dos pautas de comportamiento. Por un lado tenemos personas que constantemente utilizan un mensaje negativo (los que llamo reactivos). Cristianos que hacen caso omiso de aquel "la fe se propone, no se impone" pronunciado por san Juan Pablo II en 2003, cuando visitó España por última vez. Estos reactivos se dedican, constantemente, a publicar/retuitear noticias y comentarios personales criticando sin misericordia a personas de lo más variado. Mensajes dirigidos, especialmente, a quienes consideran enemigos, como por ejemplo políticos de Podemos (lo más habitual), y llegando incluso a la crítica a todo lo que diga y haga el Santo Padre. Son personas que, si bien pueden ser consideradas católicas (pues cumplen con los ritos y las normas "legales" de la Iglesia Católica, como por ejemplo ir a misa los domingos), sin embargo no pueden ser consideradas cristianas, pues juzgan (cuando solo Dios es Juez), faltan a la Caridad llegando al odio al enemigo (¿Donde queda el amor al prójimo?)... son, en definitiva, sepulcros blanqueados que no construyen sino que tan solo destruyen, no siembran sino que desparraman, no acercan a la gente a la Iglesia sino que la alejan de ella con su escandalosa actuación (algo por lo que tendrán que rendir cuentas ante el Altísimo si no se arrepienten).
No obstante, la gran mayoría de los cristianos que he observado en las redes sociales pertenecen al segundo grupo. Son personas proactivas, gente que realiza su apostolado de forma proactiva y eficaz. Personas que viven acordes a unos principios y valores auténticos, siempre bajo el paradigma de la caridad. Gente que ve a los demás no a enemigos sino a hermanos que tienen una dignidad pues son seres humanos creados por Dios. Personas conscientes de que todo lo que hacen, sus acciones, deja huella en los demás, por ello tratan en todo momento de practicar el bien. Y, si caen, piden perdón a Dios y al prójimo, pues son humildes y sencillas. Éste tipo de personas tienen una brújula interna que es infalible: su fidelidad a principios como la honestidad, la rectitud, la integridad o la actitud de servicio.
Estos cristianos brillan por su responsabilidad. Es decir, tienen la habilidad de saber responder ante las diferentes circunstancias de la vida, algo fundamental en Internet.
Decía hace poco un amigo que "Con las redes sociales hay que tener cuidado, pues las carga el diablo". Y en mayo me dijo otro amigo que "Viti, es que las redes sociales no son para eso", refiriéndose a la mencionada discusión sobre el aborto. Realmente, si lo pensamos, esto es así. No es lo mismo debatir sobre temas sensibles en la vida real que en una red social. En la vida real puedes ver como reacciona la otra persona, e incluso ver si se ha sentido dolida por algo que le has dicho, o si quizá no está pasando por un buen momento y tus palabras han agrandado su herida. En las redes sociales, sin embargo, esto no es posible. Por eso se debe tener mucho cuidado a la hora de abrir debates en los que puede haber varios bandos enfrentados. No digo que no se pueda debatir sobre el aborto, el condón o los mediopensionistas de Burgos. Pero si creo que se debe tener más cuidado a la hora de intervenir en esos debates. Sobretodo quienes somos discípulos de Jesús de Nazaret y nos llamamos cristianos. La persona de la que hablaba al comenzar este artículo decidió romper su amistad conmigo tras llamarme "políticamente correcto". No le gustó que utilizase la palabra "polémica" para definir la discusión tan agria sobre el aborto. Tampoco debió gustarle que dijese que aquello podía perjudicar la marca personal que estoy intentando labrarme como escritor y comunicador. Y, quizá, formalmente tenía razón. Pero, humanamente, cometió un grave error. Y lo cometió al desconocer como me encontraba yo anímicamente. Por ello digo que se debe tener cuidado con nuestra forma de expresarnos en las redes sociales. Y, sobretodo, evitar discutir de forma agria. Pues esas letras que vemos en la pantalla respondiendo a nuestro argumento han sido escritas por una persona. Y han sido escritas por una persona a la que no estamos viendo, alguien que, quizá, está pasando por un mal momento, o a quien le ha sentado mal algo que hemos dicho. Cuando uno se considera cristiano debe ser coherente y vivir de forma íntegra su fe. No puedes decir que eres cristiano si te enojas con tu hermano y no perdonas sus errores. Los cristianos debemos tener presente en nuestra vida aquello de "Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda (Evangelio según san Mateo, 5)".
Por este motivo he usado la famosa frase de San Francisco de Asís para titular este artículo. Al igual que en la Red, nuestro principal apostolado debemos realizarlo desde el testimonio de una vida centrada en principios y valores cristianos, desde una vida íntegra y coherente con nuestra fe. Vale mas un gesto que mil palabras. Evangeliza mucho mas, por ejemplo, que publiquemos una fotografía en la que aparece el Papa abrazando a una persona enferma que un argumento, por muy bien que lo hayamos desarrollado. Soy colaborador de Imision, un canal destinado a la evangelización en Internet. Ellos tienen un idecalogo para evangelizar en las redes sociales. Me parece oportuno y esencial traerlo a éste artículo pues resume a la perfección lo que yo llamo ser un cristiano proactivo, un cristiano que realiza su apostolado digital con eficacia. Considero que sus diez puntos suponen una gran aportación para todo aquel que desee evangelizar en Internet siguiendo el consejo de San Francisco de Asís. Entrecomillo las frases originales del idecálogo y hago una breve reflexión personal sobre ellos.
1. En primer lugar, los cristianos debemos tener claro, también en Internet, que el centro de nuestra vida, "el origen, es Cristo". Él es quien nos ha llamado a la vida, y quien nos llama a seguir sus pasos proclamando el Evangelio a toda criatura. Lo cual, como dicen en Imision, es extrapolable al Continente Digital.
2. "Internet es un lugar, no un medio. Se trata de evangelizar en Internet, no tanto de "usar" Internet para evangelizar". Nadie "usa" la vida para evangelizar, sino que evangeliza en su vida diaria.
3. "La clave, el testimonio". Como he dicho antes, evangeliza mucho mas poner una fotografía del Santo Padre abrazando a un enfermo que un texto de mil palabras donde reflexionamos sobre la Caridad, por muy bien que lo argumentemos (aunque también podemos hacer aportaciones escritas, claro que sí). El testimonio también incluye, por ejemplo, poner una imagen religiosa que nos guste (ahora que estamos en época prenavideña podemos, por ejemplo, publicar una fotografía de nuestro Belén). Dicen en Imision que "los contenidos no evangelizan de modo autentico sin nuestro testimonio explícito del amor de Dios en la Red". Dios es Amor. No es división ni enfrentamiento. Por ello debemos ser un instrumento de su paz, y debemos amar a nuestro prójimo, a esa persona que se encuentra al otro lado de la pantalla.
4. "Sólo unidos a Cristo, viviendo una verdadera vida cristiana en fidelidad y amor a la Iglesia", teniendo una vida íntegra y coherente con nuestra fe, podemos los cristianos dar fruto. Como he dicho antes, no te sirve para nada ir a misa y darte golpes de pecho si bloqueas a un hermano en una red social y no le perdonas cuando te pide perdón. Máxime cuando es alguien con quien compartes la fe. Una persona que actúa de ese modo podrá considerarse católica en cuanto a miembro de la Iglesia Católica, pero no se le podrá considerar cristiana. En nuestro actuar diario, también en la Red, debemos recordar aquello de "al atardecer de la vida te examinarán del amor".
5. "Una comunidad de testigos, acogedora y abierta, capaz de acompañar hacia Cristo a los que se acercan, tiene mucha mas fuerza e impacto al hacer apostolado que cualquier proyecto personal". Me decía esa persona en aquella discusión "es que tengo que hacer apostolado". Pero, utilizando un lenguaje agresivo, no vas a conseguir realizar apostolado. Del mismo modo, creando conflicto y alejándote de tus hermanos en la fe tampoco. Esto segundo, además, provoca en quienes lo ven desde fuera confusión, pues ya no pueden decir eso de "mirad como se aman" que los romanos decían de los primeros cristianos.
6. "La soberbia, la división y las criticas sin caridad entre cristianos provocan un escandaloso espectáculo que crea escepticismo y a veces hasta ateísmos. Construir Iglesia, pedir y trabajar la comunión, es una urgencia si queremos ser apóstoles de Cristo y no esclavos del Malo que divide también en la Red". Esto está estrechamente relacionado con el punto cinco. Y se puede extrapolar también a quienes desde diferentes ámbitos "ideológicos" de la Iglesia siembran discordia y división creando una falsa división entre "cristianos progres" y cristianos "tradicionales".
7. Hacer apostolado "exige abrirse al diálogo con una actitud humilde a todos, no sólo a aquellos que acogen la fe de buen grado, también a quienes la desconocen o están más alejados". Uno, en un debate en la red, tiene que estar abierto al diálogo con actitud humilde. No puedes tratar a quien discrepa de tus argumentos como si fuera un elemento a machacar (recordad lo que he dicho antes, al no interactuar en persona desconocemos como se encuentra en realidad nuestro "oponente"); ni tampoco podemos tratar a esa(s) persona(s) como si se tratase de un niño pequeño al que intentas adoctrinar con una conducta condescendiente. La humildad y la sencillez son el adorno de la casa de todo cristiano. Por ello hemos de ser sencillos como palomas y astutos como serpientes.
8. "Buscamos dar fruto, no tener éxito". Mucha gente comete el error de pretender convencer con sus palabras en la red social, tratando con ello de imponer sus argumentos a machamartillo en los demás, como creyendo que son ellos quienes logran el "éxito" de convertir a la otra persona. Sin embargo, se olvidan de que nosotros tan solo somos sembradores. Quien da fruto es Dios. Tú, en cambio, debes testimoniar tu fe con una vida honesta e íntegra, al mismo tiempo que rezas por las personas que tienes agregadas en tu red social. Recuerda, debes ser humilde. Tan solo eres un instrumento de Dios, no es a ti a quien corresponde convertir a los demás. Tan sólo eres un instrumento, un puente entre Dios y los hombres. No te autodivinices ni pretendas ser el protagonista. Deja que Dios actúe a través de ti.
9. El mundo digital está muy bien, pues es un buen medio para evangelizar. Pero seguimos siendo seres humanos, necesitamos encontrarnos de forma presencial con los demás. Por ello te animo a buscar momentos para ver presencialmente a esas personas que tienes agregadas en tus redes sociales, al menos a las mas cercanas. Y especialmente a aquellas que más pueden necesitar de alguien que les escuche y consuele.
10. Somos discípulos de Cristo, siempre estamos aprendiendo de sus palabras y obras. Por ello "necesitamos una vivencia responsable de la fe y una formación continuada". En tu actuar diario, tanto en el Continente Digital como en la "vida presencial" piensa ¿Cómo lo haría Jesús? y actúa en consecuencia. Recuerda que no es mas el discípulo que su Maestro.
En conclusión, os animo a vivir el cristianismo de forma eficaz y proactiva. Termino este artículo recordando que debéis evangelizar en todo momento, tanto en Internet como en la "vida presencial". Debéis hacerlo en todo momento. Y, si es (estrictamente) necesario, usad las palabras. Recordad que que Dios nos exige practicar la justicia (el derecho), amar la Misericordia y andar humildemente con Él. Pero, sobretodo, recordad que "al atardecer de la vida te examinarán del amor".