miércoles, 4 de marzo de 2020

Presentación de “Me enamoré del Leproso” libro del Padre Pachús: El hombre no permite fallos, pero Dios si


El pasado viernes 21 de febrero el sacerdote Ramón Alfredo Mirada, más conocido como “el Padre Pachús”, presentó su libro Meenamoré de un Leproso. Se trata de un libro donde explica lo vivido durante su adolescencia, con ese “baile de máscaras” tal como contó en una entrevista para Mater Mundi.


Ramón Alfredo Mirada cuenta en el libro como fue el proceso de su conversión y comparte sus años en el Seminario de Getafe y su vida como sacerdote de la Diócesis de Getafe. Recientemente Cope Religión se hizo de la entrevista que realizó para Mater Mundi, cuyo video ya supera las 800.000 visitas.

La presentación tuvo lugar en los salones parroquiales de San José Obrero (Móstoles). Además de Ramón Alfredo también intervinieron el obispo don Ginés García Beltrán y el párroco de San José don Antonio Izquierdo. También intervino Doña Marta Moreno Candel, directora adjunta de la editorial Nueva Eva, editora del libro.
Los tres ponentes destacaron el fuerte impacto generado por el testimonio de conversión del Padre Pachús,

Posteriormente tuvo lugar la ponencia de don Ramón Alfredo Mirada, que habló sobre su proceso de conversión. Insistió en varias ocasiones que Dios es capaz de querer al más pequeño de los hombres, con un amor tan grande que Cristo es capaz de rescatar incluso a quien se encuentra encadenado sufriendo interiormente y haciendo sufrir a los demás.

Después de la presentación tuvo un lugar interesante turno de preguntas donde destacaron algunas de las respuestas realizadas por el sacerdote, quien posteriormente estuvo firmando libros a los presentes. 



Durante el turno de preguntas también destacaron las preguntas de una mujer: ¿Cómo conseguir que los adolescentes se interesen por Jesús, que se acerquen a Él y no estén perdidos y ¿Cómo podrían interesarse por el libro? Pachús respondió que no es tanto como hacer que ellos se interesen por el libro pues lo importante es saber que a Jesús si le interesan ellos, que para Él si que son importantes. Especialmente, como también explica en el libro, afirmó que el mensaje está dirigido a quienes no encuentran ningún sentido a su vida y creen que Jesús no les quiere debido a los problemas que padecen. Pues es un modo de darles esperanza acercándoles al Señor. 
A este respecto don Ramón Alfredo Mirada también respondió a una pregunta similar diciendo que el libro está recomendado para personas de cualquier edad, especialmente a quienes pasan por un momento de crisis personal, como encadenado en una especie de infierno cuyas puertas Dios es capaz de romper para rescatarlos.

Durante la ponencia y las preguntas don Ramón Alfredo Mirada recurrió en varias ocasiones al modelo de Evangelización llevado a cabo por San Francisco de Asís, el santo a quien llegaron a preguntar ¿Cómo te sigue tanta gente con lo pequeño y poca cosa eres? Pachús lo explicó diciendo que él mismo, aunque no se siente tan seguido como San Francisco, es el mas pequeño y débil de los cristianos y, aunque se siente leproso, sabe que siempre ha sido amado y protegido por Dios y la Virgen María, quienes sostienen su vida, y por eso intenta ser mejor cristiano y sacerdote.

Tras finalizar el acto pude conversar con dos de los presentes Antonio y Beatriz,  quienes nos dieron su impresión sobre lo que mas les impactó.
Beatriz destacó cuando el padre Pachús aseguró que “El hombre no permite fallos, pero gracias a Dios Él si le permite cometer errores”.
Antonio, importante y reputado maestro de oratoria y conferenciante, destacó como el padre Pachús recurrió a la frase de San Francisco “Evangeliza en todo momento y, cuando haga falta (y tan sólo cuando haga falta) utiliza la Palabra”. Una forma de evangelizar que posiblemente ayuda más que el uso de la palabra, pues un niño se formará mejor en la fe, nos explicaron Antonio y Beatriz, que si los padres tan solo pretenden que los hijos meramente hagan caso a los padres.

Comparto con vosotros el testimonio dado en Mater Mundi por el padre Pachús



martes, 11 de febrero de 2020

El soldado contemporáneo que siguió los pasos de San Francisco de Asís y se convirtió en “El vagabundo de Dios”

Tras la II Guerra Mundial un joven soldado que buscaba su lugar en el mundo lo encontró sirviendo en una leprosería africana

Fuente: Religión en Libertad

 Víctor C. Bustillo

John Bradburne nació en 1921 en Cumbria (Inglaterra). Hijo de un sacerdote anglicano y una mujer originaria de la India, creció en el seno de una noble familia anglicana. Con 18 años decidió unirse al Ejército Colonial Indio, participando en la II Guerra Mundial. Al igual que San Francisco de Asís antes de su conversión, Bradburne soñaba con vencer en una batalla mundana y terminó convirtiéndose en “El vagabundo de Dios”. En 2018 Religión en Libertad se hizo eco de su historia.

Buscando a Dios viajando por el mundo

Durante la II Guerra Mundial el Ejército Colonial indio luchó contra los japoneses. Fueron derrotados en Singapur. Para evitar ser localizado por los enemigos John se vio obligado a refugiarse, durante un par de meses, en plena jungla malaya. Allí conoció a John Dove, futuro sacerdote jesuita, con quien estableció una buena amistad.

Bradburne, tras ser rescatado por un barco de la Marina Real Británica, combatió en Birmania bajo las órdenes del general Orde Wingate. Tras finalizar su servicio militar John Bradburne terminó dándose cuenta de todo lo que había cambiado. Ya no era la misma persona que partió desde Inglaterra rumbo a la guerra. La jungla le marcó de tal manera que, ya en Inglaterra, decidió retirarse del mundo, buscando el silencio y la oración.

Durante algún tiempo vivió en la abadía benedictina de Buckfast (Inglaterra) y, en 1947, se convirtió al catolicismo. Bradburne quería ser monje pero, al ser converso reciente, se lo denegaron. Le explicaron que tan sólo debía esperar dos años. Pero él, que era un joven muy inquieto, sintió la necesidad de viajar. 

John Bradburne, durante 16 años, viajó por varios países europeos y de Oriente Medio. Vivió en diferentes comunidades religiosas, intentando ser monje. Por ejemplo intentó entrar en los cartujos, sin "éxito" de nuevo. También peregrinó a Jerusalén y volvió a Inglaterra. En su país predicó el Evangelio como un juglar de nuestro tiempo. En cierta ocasión, cuidando una casa de campo, estuvo a punto de contraer matrimonio con una mujer. Pero él decía de sí mismo que era “una abeja sin rumbo”.

En realidad Bradburne estaba enamorado del silencio, la naturaleza y la música. Se sintió llamado a una vida completamente diferente a la que él creía. En Italia, rezando a la Virgen María, realizó un voto de celibato. Se unió a la Orden Franciscana Seglar y, ya como franciscano seglar, decidió vivir la pobreza al modo de San Francisco de Asís. Además comenzó a expresar sus “tres deseos” vitales: ayudar a los leprosos, morir mártir y ser enterrado con un hábito franciscano. Terminó consiguiéndolo aunque con mucho esfuerzo.

Entregando la vida al servicio de los más necesitados 

En 1962 preguntó a su amigo John Dove ¿Hay alguna cueva en África donde pueda rezar? El jesuita y exmilitar le invitó a ser misionero, en Zimbabwe. Ya en África, Heather Benoy, amiga de Bradburne, le animó a que fuese a Mutenwa. Se trata de una montaña donde se encuentra un leprosario creado por el gobierno colonial. En cuanto vio el mal estado en el que se encontraban los leprosos residentes en dicho lugar, y las malas condiciones en las que vivían, Bradburne dijo, totalmente en serio, “Me quedo”.  



John terminó convirtiéndose en director del asentamiento y, desde entonces, mejoró notablemente la vida de los leprosos. Los lavaba personalmente, les cortaba las uñas y espantaba a los animales molestos (por ejemplo las ratas). Además dio clases de latín y construyó una pequeña iglesia donde les enseñó a rezar.

Pero Bradburne, al igual que San Francisco de Asís, fue un gran abanderado de los leprosos, defendiendo su derecho a ser tratados como personas. Cuando llegó a Muwemwa, varios miembros de la Asociación de Lepra de Rosedia le dijeron que debía poner números alrededor del cuello de los leprosos para reconocerlos. Él franciscano, negándose con fortaleza, les dijo “no son ganado, son personas”. Intentaron echarle, pero no lo lograron. 

Bradburne vivió como ermitaño en una tienda de campaña en Chigona, cerca del leprosario, rezando y comiendo muy poco, como contó John Moore en The Telegraph. Su vida estuvo basada en la pobreza, obedeciendo la Regla Franciscana. Cada día rezaba Maitines al amanecer, cantaba el oficio diario de Nuestra Señora y concluía la jornada rezando Vísperas y Completas. Por las noches visitaba a los leprosos.

John Bradburne decidió recopilar sentimientos y pensamientos por escrito. Escribió más de 6000 poemas, mostrando la experiencia espiritual vivida desde su infancia. Dedicó también un poema a cada uno de los leprosos, a quienes conocía muy bien. Sus poemas se pueden leer aquí.

Entregó su vida al martirio cuidando a los leprosos

En 1979 la situación en Mozambique cambió radicalmente debido a la Guerra Civil Mozambiqueña. Sus amigos le aconsejaron abandonar el país, pero Bradburne decidió quedarse aunque le costase el martirio que él deseaba. Estaba comprometido con su cuidado a los leprosos y no podía abandonarlos. 

John Bradburne fue acusado de trabajar para la minoría blanca mozambiqueña y fue secuestrado por la guerrilla. Le obligaron a caminar por la carretera sin volverse pero él se arrodilló y comenzó a rezar. Tras ser disparado por un jefe de la guerrilla rebelde de Zimbabue, Bradburne recibió la palma del martirio.  

"El vagabundo de Dios" fue enterrado con un hábito franciscano cerca de Mutemwa. El 10 de septiembre se celebró un funeral en su memorial. Fue en la Catedral Católica de Harare. Cada año acuden allí cientos de peregrinos y se celebra una misa anual en su honor. 

 

El 5 de septiembre de 2019, se inauguró en Mutemwa oficialmente la causa de su beatificación, tras recibir la autorización por parte de la Congregación para la Causa de los Santos, según informó Vida Nueva.  Ese día también se le homenajeó con una Eucaristía en la Catedral de Westminster, donde Bradburne ejerció como sacristán.

La John Bradburne Memorial Society, es una asociación dedicada a la memoria de este ermitaño franciscano, tratando de abrir su proceso de beatificación. En su web cuentan testimonios de curaciones milagrosas atribuidas al soldado que terminó convirtiéndose en un ermitaño franciscano.  

Para este artículo hemos contado con el apoyo de  @Damihibibere, quien, en su cuenta de Twitter, narra historias sobre personajes cristianos dignas de ser conocidas.

jueves, 23 de enero de 2020

La música y la solidaridad se dan la mano para ayudar a los más necesitados




El próximo 28 de marzo se celebrará en el Palacio de Deportes de Madrid “La Noche de Cadena 100de 2020.

Se trata de un evento anual que genera gran interés en nuestra sociedad, especialmente en los más jóvenes.

En “La Noche de Cadena 100” la música y la solidaridad se dan un fuerte abrazo y, caminando de la mano, cada año llenan el madrileño Palacio de Deportes. El próximo mes de marzo se juntarán grandes artistas nacionales e internacionales con el fin de ayudar a los más necesitados. Entre otros, este año participarán David Bisbal, Dani Martín, Amaral,  y Pablo López.

El pasado 17 de enero, a las pocas horas de ponerse a la venta, se agotaron todas las entradas disponibles para poder acudir a este acto solidario organizado por Cadena 100 y Manos Unidas.

La primera parada del acontecimiento tuvo lugar a mediados de enero, con el viaje solidario realizado por Javi Nieves y Mar Amate, presentadores de ¡Buenos días Javi y Mar!, programa de Cadena 100.  

Javi y Mar estuvieron pasaron un fin de semana en Mukury (Nairobi), uno de los barrios más pobres de Kenia, donde pudieron conocer, en primera mano, la realidad de uno de los suburbios más pobres del país. En su cuenta de twitter escribieron "No vamos a olvidar lo vivido en Mukuru, qué experiencia tan grande y enriquecedora y qué importante la labor allí de Manos Unidas. Aquí puedes ver un poquito más de lo que vivimos en este viaje relámpago a Kenia". .

Mukury es un barrio de pobreza extrema. Allí residen más de 600.000 habitantes, personas hacinadas en una situación realmente desfavorable. Viven en pequeñas chabolas por las que, contradictoriamente, pagan alquileres abusivos. Además padecen diversos problemas sociales y religiosos.

Cadena 100 con el concierto del próximo mes de marzo pretende dar visibilidad a la situación de los habitantes de Mukuru. Se marcan como objetivo “poner un granito de arena para su integración social”, como ellos afirman.

La recaudación de “La Noche de Cadena 100” irá destinada a la ayuda de los más pobres de Kenia. Especialmente para ayudar a los jóvenes a desarrollar una vida mejor para el futuro. 


Desde hace 11 años Cadena 100 colabora con Manos Unidas, que trabaja por mejorar el futuro de los más necesitados. En Nairobi lo hacen mediante el Mukuru Promotion Centre, que cuenta con una escuela de formación profesional.

Manos Unidas trata de orientar y formar a los jóvenes de Mukuru, dándoles la esperanza de poder tener un futuro mejor. Para ello forman a los jóvenes en difersos oficios, ayudándoles a desarrollar habilidades sociales y laborales. Así también pueden librarse de cometer errores como caer en delincuencia, drogadicción y prostitución.

“La Noche de Cadena 100”, como dijeron Rafael Pérez del Puerto y Ricardo Loy en 2019, es “algo más que un concierto. Es un referente, un movimiento social; una plataforma inmejorable para concienciar y sensibilizar a miles de personas y despertar su solidaridad con los más desfavorecidos".


Fundada en 1959, Manos Unidas pertenece a la Iglesia Católica. Es una organización no gubernamental que trabaja por concienciar y promover la solidaridad y el desarrollo de los países del tercer mundo. Su finalidad consiste en erradicar la pobreza y el hambre, además de combatir el subdesarrollo de los más necesitados. Llevan más de 40 años realizando proyectos de desarrollo en Kenia, especialmente para niños y mujeres.

Manos Unidas, con la recaudación de "La Noche de Cadena 100", podrá ampliar el Mukuru Promotion Centre, mejorando sus instalaciones y rehabilitando un centro de tratamiento para niños discapacitados, donde también construirán un nuevo centro de terapia.