Hay películas que te impactan hasta tal punto que llegas a pensar "¿Cómo he podido estar tanto tiempo sin verla?" Eso me sucedió el pasado mes de agosto con "El Club de la Lucha", dirigida por David Fincher, estrenada en 1999 y basada en la novela, del mismo nombre y que fue escrita por Chuck Palahniuk. Debo advertir que aparecerán spoilers debidamente señalados.
Es una película muy conocida, por ello creo que sobran las presentaciones y cualquier tipo de sinopsis. Aunque quizá es conveniente recordar un poco su argumento para ponernos en situación. El narrador (cuyo nombre no se menciona, quizá porque eres tú mismo... sí, el que lee el libro o ve la película y el que estás leyendo esto ahora mismo) es un hombre que sufre insomnio y que, siguiendo el consejo del médico, comienza a acudir a diversos grupos de apoyo, empezando por el de cáncer testicular y llegando a convertirse en un adicto de estos grupos y del falso papel de víctima que representa en ellos, que llega a ser para él un verdadero área de confort. Al volver de un viaje se encuentra su casa destruida, por lo que decide llamar a un vendedor de jabón llamado Tyler Durden, un hombre al que acababa de conocer en un avión y en cuya casa termina viviendo y con quien creará el Club de la Lucha.
Si bien es cierto que la película peca de cierto nihilismo y, por otra parte, es un reflejo de la sociedad actual, creo que tiene mucha carga filosófica y, especialmente, una fuerte dosis de estoicismo en lo concerniente a saber resistir el dolor, las pruebas y en cuanto a vivir de modo más sencillo, sin dejarnos esclavizar por las superficialidades, las modas y el "qué dirán". Es una película que en cierto modo me recuerda mucho a la de "Hacia Rutas Salvajes", basada en la historia real de
Christopher McCandless.
Si nos fijamos en la trayectoria del narrador vemos que se trata de alguien con casa y trabajo, por lo que podría decir perfectamente aquello de "todo está bien". Sin embargo, se trata de una persona que no puede dormir, lo cual le genera un fuerte sufrimiento. Esto es un reflejo de la vida moderna o, al menos, urbanita. Vivimos de forma automática, yendo del trabajo a casa y de casa al trabajo. Estamos, además, apegados a diversos elementos que perturban nuestra paz interior: televisión, teléfonos móviles... elementos, en definitiva, que por un lado nos alejan de la plena consciencia de nosotros mismos (algo que podemos tener si hacemos actividades intelectuales como leer, escribir, ir al teatro...) o espirituales (algo que conseguimos meditando, rezando y reflexionando). Por otra parte, la nuestra es una sociedad que nos lleva a vivir bajo la esclavitud de la inmediatez, la prisa y el agobio, aspectos estos que no permiten a nuestra alma tener un solo momento de respiro. Provocando, con ello, que seamos incapaces de descansar debidamente. En definitiva, podríamos decir que tenemos diferentes formas de insomnio: la carencia de un sueño de calidad al no poder dormir el número suficiente de horas, y la falta de descanso de nuestra mente y espírtu, lo cual provoca, paradójicamente, que caminemos por la vida como dormidos.
Me llama la atención el hecho de que el narrador insista en tomar pastillas para poder dormir pese a que el médico no le hace ni caso. El comportamiento del narrador lo extrapolo a la necesidad que, en la realidad, muchos tienen de buscar la evasión para evitar el sufrimiento, recurriendo para ello a cosas artificiales en vez de realizar un trabajo interior, verdaderamente eficaz, que fortalezca a la persona y le ayude a superar el dolor. Hoy mucha gente busca en las drogas o el alcohol una forma de olvidarse de sus problemas. Con ello consiguen cierta sensación de placer o paz, pero se trata de algo efímero. Como también era efímero para el narrador el acudir cada noche a uno de esos grupos de apoyo. "Cada noche moría, cada noche volvía a nacer. Resucitado", le escuchamos decir. Sin embargo, se estaba autoengañando pues, aunque comenzó a dormir mejor, era una máscara que ocultaba el dolor que seguía padeciendo y que iba más allá del insomnio, pues era un problema de falta de aceptación entre otras cosas. Esto, sobretodo, se nota cuando conoce a Marla Singer, otra impostora, con quien rivalizará por acudir a los grupos de apoyo, pues su presencia le molesta y por ello negocia con ella para evitar encontrarse en las reuniones.
Cuando el narrador contempla su casa destruida se le rompen totalmente los esquemas y en ese momento entra en su vida Tyler Durden. Como hemos dicho anteriormente, se traslada a vivir a la casa de éste. Esto supone un cambio radical en la vida del narrador, pues la casa es vieja, sucia y tiene múltiples defectos de todo tipo, además de no estar precisamente en el mejor barrio de la ciudad. Esto es lo que me lleva a reflexionar sobre nuestro modo de vida pues, como dice Tyler "La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que
odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos
de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una
gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual,
nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que
nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o
estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo
que hace que estemos muy cabreados". Es decir, hoy en día se produce la peculiar paradoja de que, aunque nos creemos libres y modernos, estamos más esclavizados que nunca por las modas y por los mensajes que los grandes medios de telecomunicación nos venden y con los que nos llegamos a sentir plenamente identificados, produciéndose con ello una autentica ingeniería social. Me gustó mucho escuchar aquello de "Desempeñas trabajos que odias para comprar cosas que no necesitas" pues, como dicen en otro momento de la película, corremos el peligro de ser "subproductos obsesionados por un estilo de vida" cuyo único interés es consumir y cuyos únicos intereses son la viagra, el crecepelos o las revistas de famosos. Pero, y aquí está la clave, para poder seguir las modas y demás, hace falta dinero. Y para conseguir ese dinero, hay que trabajar. Y la mayor parte de las personas se ven abocadas a trabajar en cosas que odian para poder conseguir ese dinero que les permita llevar el estilo de vida que la televisión les marca. Lo cual provoca insatisfacción en el individuo, pues nunca logrará tenerlo todo. Y, encima, temerá perderlo. Por lo que se está creando una sociedad de personas esclavizadas que tienen la falsa ilusión de ser libres. Pero, tengan un Iphone o un Huawei son, al fin y al cabo, esclavos.
El narrador, poco a poco, va aceptando el vivir en esa casa con un tipo tan peculiar como Tyler, quien le invitó a vivir con él tras pegarse en un aparcamiento y con quien crea el Club de la Lucha. De esto saco como moraleja que, en realidad, no necesitamos cambiar de teléfono móvil cada año ni comprarnos los últimos avances electrónicos ni tampoco seguir modas estéticas o culturales pues, en realidad, basta muy poquito para ser realmente felices. Aunque sea (OJO SPOILER) la falsa realidad creada por el narrador, OJO SPOILER). En el fondo, por tanto, quienes siguen esas modas son personas insatisfechas y estresadas pues están más pendientes de seguir la corriente a los demás, como los peces muertos, que de crear una personalidad fuerte e independiente que les ayude a ser realmente libres.
Pienso que otro de los aspectos claves de la película es el de que la mayor parte de la gente está tan obsesionada por conseguir tener seguridades (aunque sean falsas) que se olvida de vivir de forma plena, con entusiasmo y pasión. Por ejemplo, el narrador ve en Marla una enemiga ya que le da miedo que su rival descubra que es un impostor (aunque ella también es una impostora). Tiene miedo a que la falsa sensación de bienestar que le proporcionaba el acudir a los grupos de apoyo se acabe y, de nuevo, regrese el insomnio. Esos grupos le proporcionan una sensación de seguridad al narrador pero, al mismo tiempo, le creaban ansiedad y temor a ser descubierto. Un ejemplo en la vida real sería, por ejemplo, cuando conocemos a un grupo de amigos y tratamos de imitarles dejando de ser nosotros mismos con el fin de sentirnos integrados. El hecho de que descubran como somos en realidad puede crearnos ansiedad y turbación interior. Ahí nacen problemas como la timidez o el miedo escénico, cosas creadas por la mente y que nos limitan en nuestro actuar diario, apoyadas por ese miedo al "qué dirán". Se me ocurre también como ejemplo si uno es católico y acude a misa pero no se lo dice a sus nuevos amigos por si le rechazan por ello. Algo que, en alguna ocasión, he visto.
La analogía con "Hacia Rutas Salvajes" la veo en que ambos protagonistas realizan cosas que rompen con lo establecido (lo cual, por otra parte, no siempre es correcto moralmente). El narrador es un personaje que, hasta la creación del Club de la Lucha, cuando comienza a vivir "de otra forma", vivía una vida más o menos rutinaria, siendo un eslabón mas de esa "cadena humana y vital" de la que Christopher McCandless trató de huir. Nos han enseñado que la vida consiste, especialmente, en estudiar (en el colegio y la universidad) y trabajar para poder tener una jubilación y poder mantener a la familia que has creado. Y la mayor parte de la gente vive esa vida rutinaria sin atreverse a hacer otras cosas porque "es lo normal" o "lo que hace todo el mundo". Sin embargo, se sienten insatisfechos pero también acobardados, por ello no se atreven a salir de esa espiral y, por tanto, no son auténticamente libres. Hablo de forma general, claro está, vivir de forma realmente cristiana esa vida es algo completamente diferente, pues la fe ayuda mucho.
Sin embargo, si uno siente la necesidad de salir de ese círculo vital del que se siente prisionero tiene dos opciones: romper con todo y comenzar una nueva vida, mas acorde a los propios principios y valores, tal y como hace Christopher. La otra opción es la de rebelarse interiormente, lo cual genera una tensión que puede llevar a (OJO SPOILER) crearse una máscara, un personaje como Tyler Durden para vivir una vida irreal pero que, al menos, ayuda a que el dolor y la insatisfacción interior queden mitigadas (OJO SPOILER). No obstante, la creación del Club de la Lucha lleva al narrador a sentirse satisfecho por la influencia que él y Tyler están ejerciendo en personas a las que ayudan (al menos aparentemente) pues éstas expulsan en los combates toda la basura que en el día a día van acumulando en su interior (estrés, pensamientos y conductas obsesivas...), de hecho en la película se dice que "En el club de la Lucha luchas contra todas las cosas que odias en esta vida". Y, así, al menos sus cuerpos se ven liberados de esa tensión que no les deja vivir (Lo cual, por otra parte, es muy nihilista, pues hay formas mas espirituales y auténticas de enfrentarse al dolor interior).
Lo cierto es que, aunque hay cosas de Tyler que me gustan (y con las que estoy de acuerdo), me recuerda a aquella frase de los indios americanos: "Tienes dos lobos y cada día tú eliges a cual de los dos alimentas". El lobo blanco sería la paz y el lobo negro sería lo opuesto a esa paz (o el bien y el mal). Mi interpretación es (OJO SPOILER) que el narrador, en su lucha cotidiana contra el insomnio y su cansancio personal de vivir (pues, en realidad, está cansado de vivir, está harto de esa vida rutinaria, pese al falso placer que le producen los grupos de apoyo) crea a Tyler Durden, crea un personaje que le permite construir una especie de vida paralela. "Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar" y, en el caso del narrador, esto es así, pues la destrucción del apartamento es el detonante para que toda la insatisfacción que tenía reprimida en su interior saliera a flote en la personalidad de Tyler y en todo lo que posteriormente va sucediendo. (OJO SPOILER) Al final el Proyecto Caos no es sino un deseo de destruir una sociedad que ha anulado por completo al ser humano y con la que el narrador se siente cada vez mas disconforme. Al menos lo veo así, me parece que se trata de una muy fina crítica a nuestra sociedad y nuestro estilo de vida. De hecho dice Tyler que "No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el
coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois
vuestros pantalones, sois la mierda cantante y danzante del mundo", frase que, aunque suena muy nihilista, e incluso triste, no es sino una completa realidad: La mayor parte de la gente se disfraza bajo máscaras y personajes irreales, lo cual lleva a que la sociedad sea superficial. Esto encierra mucha podredumbre, pues solemos definirnos a nosotros mismos por nuestro trabajo (soy bombero, soy ingeniero), por nuestra cuenta corriente o el tamaño de nuestra cartera (tanto tienes, tanto vales nos vende la sociedad), por el modelo de coche (tengo un Porsche y tú un Renault Clío, por lo que eres un "mindundi"). Sin embargo, todo esto son máscaras que nos dan una falsa seguridad y nos lleva a creemos que, si somos socialmente aceptados, es por esas cosas. Lo cual lleva también a la soberbia y al egocentrismo, algo con lo que estaría relacionado la frase "lo que posees acabará poseyéndote". Pero la realidad es que todos, ricos y pobres, guapos y feos, "rocosos" y "cuerpo escombros", todos los seres humanos son, al fin y al cabo, personas con una vida corta que viven una cantidad de años que, en gran parte, son fatiga inútil y que tienen todos los días la necesidad de ir al cuarto de baño para hacer aguas mayores y menores. Me permitirán un exabrupto: "Caga el rico, caga el pobre, hasta el mas fino su culo mancha". Creo que es este el motivo por el que Tyler dice lo de "Sois la mierda cantante y danzante del mundo".
El narrador, durante el día, va a trabajar aparentando ser una persona normal y corriente. Ello pese a que comenzará a reflejar los signos de las peleas nocturnas. Durante el resto del tiempo vive esa ambivalente irrealidad junto a Tyler y los demás miembros del Club de la Lucha. (OJO SPOILER) Poco a poco se va viendo desbordado por los acontecimientos provocados por la creación del Proyecto Caos, e irá siendo consciente de que, en realidad, no se siente identificado con Tyler, sino mas bien al contrario, pues hay cosas de él que comienzan a desagradarle y, tras la muerte de Bob, intenta detenerlo para acabar con el proyecto Caos. De esta forma descubre que, en realidad Tyler es él mismo, pues tanto el narrador como Tyler son personalidades disociadas dentro del mismo cuerpo y Tyler controla el cuerpo cuando el narrador está dormido. (OJO SPOILER).
En este sentido creo que la película tiene mucho mensaje en defensa de la importancia que tienen cosas como meditar o practicar "Mindfulness", es decir, la importancia que tiene en nuestra vida el ser conscientes plenamente del momento presente, el único en el que vivimos realmente. Pues el ayer pasó, y en el pasado ya no actuamos. El mañana vendrá, si viene, pero aún no estamos actuando en él. Tan solo podemos actuar en el momento presente. Tengo la sensación de que lo que le ocurre al narrador es que el dolor causado por el insomnio provoca que su mente camine entre el pasado (antes de sufrir insomnio) y el futuro (cuando por fin no tendrá insomnio, si es que logra no tenerlo). Esto hace que no sea consciente del momento presente, por este motivo no es no puede tener consciencia de lo que está sucediéndole realmente (OJO SPOILER) hasta practicamente el final de la película, cuando por fin toma conciencia: fue él quien explotó el apartamento, fue él quien creó el Club de la Lucha y organizó el Proyecto Caos, fue él quien se acostó y enamoró a Marla (aunque con el nombre de Tyler Durden). En definitiva, el no haber sido consciente del momento presente le había llevado al narrador a tal insatisfacción que provoca en él un sentimiento de irrealidad potenciado con la creación de un personaje ficticio (OJO SPOILER).
Creo, por tanto, que se trata de una buena película pues lleva a realizar reflexiones profundas tanto sobre la sociedad actual como sobre el ser humano y sus miedos, aunque también sobre la capacidad de superación y crecimiento personal que tenemos. Me gustaría concluir reflexionando sobre una frase que leí tiempo antes de ver la película y me impactó profundamente, sobretodo porque no la entendía:
"La autosuperación es masturbación. Solo la autodestrucción conlleva evolución". Hoy en día se habla mucho sobre motivación y crecimiento personal. Yo mismo he escrito artículos sobre ello. Y es algo que está muy bien, siempre que esté enfocado de la manera correcta. Es decir, para poder crecer como personas, para poder superarnos a nosotros mismos día a día "partido a partido, jornada a jornada" debemos destruir aquellas cosas que hay en nosotros y que nos impiden avanzar: limitaciones mentales y, sobretodo, miedos que no nos dejan conseguir aquello que deseamos conseguir. Por ejemplo, quieres conquistar a una chica pero te da mucha vergüenza, pues eres tímido. Pues debes destruir esa timidez. Quieres congeniar con los compañeros de clase o de trabajo pero temes ser rechazado. Pues debes destruir ese temor para poder tener la libertad de acercarte a ellos. Acércate, al menos, a quien pienses que es el líder y comienza a hablar con él tratando de ser simpático. Si te rechazan... no debes preocuparte, pues no merecen tu amistad. Destruye ese falso orgullo que te hace estar rumiando "me han rechazado" y busca amigos en otras personas. En definitiva, destruyendo esas limitaciones es como podrás crecer.
Concluyo, ahora si, con un pequeño discurso del Club de la Lucha que creo resume a la perfección tanto las enseñanzas de la película como éste artículo, un discurso verdaderamente motivador para el crecimiento personal: "Si estás leyendo esto, el aviso va
dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña inútil, es un
segundo menos de vida para ti. ¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu
vida esta tan vacía que no se te ocurre otra forma de pasar estos
momentos? ¿o te impresiona tanto la autoridad que concedes crédito y
respeto a todos los que dicen ostentarla? ¿lees todo lo que te dicen que
leas? ¿Piensas todo lo que te dicen que pienses? ¿Compras todo lo que
te dicen que necesitas? Sal de tu casa, Busca a alguien del sexo
opuesto. Basta ya de tantas compras y masturbaciones. Deja tu trabajo.
Empieza a luchar. Demuestra que estás vivo. Si no reivindicas tu
humanidad te convertirás en una estadística. Estás avisado."
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