Pocos reyes ha habido tan enigmáticos como Felipe II. Fue un monarca indudablemente católico, durante su reinado no se puso el sol a lo largo y ancho del Imperio Español. Lo que pocos saben es que este insigne vallisoletano tuvo una profunda relación con varios personajes palentinos, quizá el más conocido sea Sebastián Cordero de Nevares, Secretario Real (conocido como "Secretario Santoyo") y abuelo de aquella Marta de Nevares de quien se enamoró el ilustre, y polifacetico, escritor Lope de Vega, que tan desventuroso final tuvo.
Hace algunas décadas hubo en España un programa de televisión llamado "un millón para el mejor".
Una de las preguntas fue exactamente el titular del presente artículo
¿Donde se encuentra la partida de nacimiento de Felipe II? dos de las
respuestas eran: Madrid y Valladolid. Realmente, sin conocer la
historia, uno puede pensar que dicha partida se encuentra en alguna de
estas dos ciudades, con lo que no contaban los concursantes fue con un
descubrimiento realizado hace unos años antes en un pequeño pueblo
palentino. Uno de esos descubrimientos que suceden por algo tan,
aparentemente, pueril como "vamos a tirar ese tabique, porque está hueco
y así dejamos que haya más espacio en la iglesia". Era, efectivamente,
un tabique construido artificialmente un tiempo atrás, pero sin ningún
fin práctico. Tiraron el tabique y se encontraron una inesperada
sorpresa: un viejo arcón cubierto por una manta. Cuando abrieron el
mueble vieron que una serie de legajos y diversos utensilios de uso
eclesiástico se encontraban allí depositados. Pero especialmente llamó
la atención un viejo documento, se trataba de un libro de sacramentales
donde quedaron reflejados diversos acontecimientos de interés local,
nacional e internacional. Se trata del primer libro de sacramentales que
se conserva, un autentico archivo parroquial que cubre acontecimientos
desde 1523 hasta 1530, recopilado por el clérigo Juan Cabrero,
bachiller, posiblemente natural de aquella localidad (contaba con
familiares allí, según el propio libro de sacramentales). Este sacerdote
ejerció en dicha localidad entre el 25 de febrero de 1523 hasta el 12
de agosto de 1530 cuando, según el investigador Luis Antonio Rodríguez
(Las anotaciones del Bachiller Juan Cabrero (1523-1530) página 374) pudo
haber adquirido algún tipo de beneficio catedralicio (cargo de
canónigo, quizá, pero no se sabe).
El
motivo de recopilar aquella documentación fue, indica dicho autor, se
debió a que el Concilio de Trento impuso a lo párrocos la obligación de
registrar en libros la administración de los sacramentos. Sucedía que,
en los pueblos, el párroco solía recoger sucesos que le llamaban la
atención. Pero en realidad el libro donde aparecen estos documentos no
contiene solo lo recogido por el Bachiller Cabrero, sino que aparecen
anotaciones desde 1499, y fue encuadernado a finales del siglo XIX o
principios del XX, apunta el investigador, quien también sugiere que
parece comportarse como un recopilador de historias no solo para los
hombres de su tiempo, sino también para los del futuro, como indica
cuando, al hablar de la unión de Santoyo y Santiago del Val dice "Lo
asenté aquy para memoria de los que vernán" (lo transcribo tal cuál),
pero mostrando que lo allí escrito es real pues "vylo yo y escrevylo
aquí (...) y las otras cosas vy pasar). Como habréis podido leer, se
trata de la localidad palentina de Santoyo, sita a treinta y seis
kilómetros de la capital y a siete de Frómista. Las personas que vieron
por primera vez, tras tantos siglos escondido, aquellos documentos en
principio pensaban que nada raro había en él, pues eran nacimientos u
óbitos en Santoyo, de personas ilustres en otras ciudades, publicación
de breves pontificios, sucesos locales, acontecimientos históricos,
referencias a la climatología, como apunta el investigador (Ibid. Pág.
377).
Según
Luis Antonio Rodríguez se trata de una obra, pese a que no se escribió
con un fin literario, que nos sitúa en las obras misceláneas de mediados
del siglo XVI, que tiene cierta conexión con Erasmo de Rotterdam (se
trata, por tanto, de un hombre culto) y con otros autores de su tiempo
como Pedro Mejía, Antonio de Torquemada o Luís Zapata.
Pero,
sigamos con nuestra historia. Hemos dejado a nuestros amigos abriendo
el viejo arcón y revisando esos legajos olvidados. En un momento dado
uno de ellos se quedó sorprendido con el siguiente título "Nasçimiento y baptismo del illustrissimo príncipe don Phillipe hijo del emperador don Carlos y de la emperatris doña Ysabel".
Había algo que, aparentemente, no cuadraba, se trata de una referencia
clara al nacimiento de Felipe II, el gran monarca, pero este había
nacido en Valladolid. Santoyo, salvo alguna conexión lejana con Sancho
III el Mayor de Navarra, de la que ya hablaré, no había tenido mayor
conexión con la realeza que algunos secretarios reales, de los cuales el
más conocido era Sebastián Cordero de Nevares. ¿Qué hacía aquello en
Santoyo? máxime cuando la partida de nacimiento de Felipe II se
consideraba perdida tras el incendio del archivo de Valladolid.
Pero
como no hay nada mejor para conocer algo que seguir indagando, leyeron
el texto completo. El cuál transcribe Luis Antonio Arroyo Rodríguez y
traigo a este blog:
"Nasçió
este illustrissimo príncipe en Valladolid martes a XXI de mayo a ora
del medyo dya o más tarde. Hyzyeronse en su nasçimiento muchas alegryas
como era razón hazer por tan gran prínçipe del qual se espera tan gran
byen en los reynos de Castilla, de Toledo, León (y) otros. Fue baptizado
en la dycha villa de Valladolid, myércoles a V de junyo, con grandysyma
solenmidad como convenya a tan gran prínçipe; baptizóle don Alonso de
Fonseca, arçobispo de Toledo, presentes otros muchos arçobispos y
obispos. Llamóse don Phelipe, fue padryno don Yñygo de Velasco,
condestable de Castilla, y este le levó (llevó) en los braços hasta la
yglesia donde le baptizaron, que fue en el collegio de Sant Pablo, que
la emperatris posava ally junto y le bolbyo asy; fue otro padryno el
duque de Béjar y este levava las manos puestas (en) los pies y el
marqués de los Veles levava una gorra sobre la cara del prínçipe un poco
alçada. Fue madryna madama Leonor, hermana del emperador, reyna de
Françia y la marquesa de Zenete y condesa de Nasao, camarera mayor de la
emperatriz. Ovo en este baptismo tantas solemnidades quantas no se
vyeron muchos tyempos ha en Castilla en tal aucto. Supe de esto de Juan
Lorenço, escrybano, vecino de Valladolid y natural de Santoyo. Ita est,
el bachiller Juan Cabrero (recogido en fol.75 v.)."
En
definitiva, se trata de un documento con un valor histórico impagable,
pues nos permite conocer la partida de nacimiento del emperador Felipe
II, quienes participaron en tan magno evento, cuando fue y algunos
detalles curiosos. Como digo, se consideraba perdido, pero Juan Lorenzo,
natural de Santoyo, escribano real, quien redactó la partida de
bautismo guardó una copia para su pueblo. Copia que se conservó oculta
durante unos siglos hasta que volvió a la luz gracias a una de esas
"causalidades" que suelen ocurrir en muchos descubrimientos
históricos. Entre quienes devolvieron a la luz aquellos documentos se
encontraba don Aniano, quien estuvo de cura en Santoyo hasta principios
de los años ochenta y que, junto con el también clérigo don Evasio,
realizó una gran labor como historiador. A ellos mando mi más sincero
agradecimiento por las investigaciones que sobre la historia de mi
querido Santoyo realizaron.
Fuentes:
Las anotaciones del Bachiller Cabrero (1523-1530). Luis Antonio Rodríguez Pérez.
Santoyo: apuntes de historia y arte de la villa: (provincia de Palencia). Evasio Andrés Pérez, Aniano Mediavilla Tejido.