Ensayo
sobre Los lunes al sol. Víctor César
Bustillo Méndez
La película narra la situación de unos
trabajadores despedidos durante una reconversión industrial, por lo que acaban
en el paro. Se ve el importante papel de la familia como sostén para los parados
y también el compañerismo los cinco amigos tienen entre sí, el cual contrasta
con la desesperación de no encontrar trabajo. Un detalle que me gusta por su
carácter, aparentemente, simbólico es que les gusta subir al barco para ir por
el mar, da la sensación de ser una especie de huida de su situación. Santa, el
protagonista, vive en una pensión y tiene Australia como arquetipo donde le
gustaría vivir y trabajar, habla mucho de ella.
El principal problema que aparece en la
película es, por tanto, es el de parados con más de cuarenta años, en una
situación complicada para conseguir trabajo, sobre todo cuando se tiene poca
formación. Creo que unido a esto hay otro problema, y es el de que algunos
personajes llegan a una situación realmente dramática cuando se les está
acabando el subsidio y sin haber ahorrado algo de lo que cobraban, cayendo en
la cruda realidad, lo cual lleva a alguno de ellos a la desesperación. Quedar
en el paro, como les sucede a los protagonistas, no es algo deseable, pero sí
perfectamente posible y la película refleja perfectamente la actitud que
diferentes personas tienen ante esta situación. Alguno se da a la bebida, a la
droga, o se desespera y se suicida. Si embargo, vemos también como Rico, uno de
los protagonistas, decide invertir el dinero que ha recibido de las
prejubilaciones en montar un bar, con lo que puede ir tirando. Aunque,
personalmente, si fuera enfocado a otro tipo de clientela (no solo al que
aparece en la película), le iría mejor.
Otro
de los problemas que aparecen en la película es el de los trabajadores
temporales y el trato que reciben por parte de los superiores. Por ejemplo cuando José Suárez va a hablar con su
mujer y esta no tiene ni siquiera un segundo (no le deja el encargado) y no
puede hacer nada por tener un trabajo temporal. En algunos momentos es una
película de contrastes pues cuando José está en el banco con su mujer es cierto
que el trabajador del banco no es demasiado amable con ellos, quizá estuviera
discriminando a José por ser parado pero tampoco es demasiado buena, en mi
opinión, la actitud de este, pues creo que pierde las formas. También es
cierto, no obstante, que la situación de una persona que se encuentra en el
paro, o prejubilada, con 49 años es complicada, más si no es creyente (aparece
el tema de la religión cuando uno de ellos dice que Dios no cree en ellos y por
eso están “jodidos”). Ligado a esto está el riesgo de acabar en el alcoholismo
y, con ello, la exclusión social que lleva a la autodestrucción de la persona
pues el trabajo dignifica a la persona, la carencia de este le quita esa
dignidad, lo cual se ve especialmente en amador, quien se quita la vida debido
al paro y al abandono de su mujer. Un detalle curioso en esta película es que se
plantea un contraste entre hombres y mujeres. Los hombres en paro, las mujeres
con trabajo. Quizá porque para ellas sea más fácil reconvertirse, o quizá
tengan más valor para ello.
Creo que la película peca de tener un
espíritu bastante derrotista y los personajes caen excesivamente en la
autocompasión, otro de los problemas que aparecen y que está unido al de ver la
culpa solo en los otros (empresarios, banqueros, etc.). Pienso que la
autocompasión es algo a lo que hay que poner ciertos límites, pues no lleva a
ningún sitio. Un detalle que me llamó la atención fue cuando Bardem dice “¿No me queda otra que irme a los
invernaderos de Almería a ganar mil euros?... una mierda”. Es cierto que
puede ser un salario bajo, pero mejor que estar todos los días
autocompadeciendote si que es. También es cierto que la mayoría de personas,
cuando se prejubilan tan jóvenes y aunque les quede una buena paga hasta los 65
años, en cierto modo se les destroza la vida, sobre todo si carecen de otras
inquietudes que no sean entrar en un bar, como hacían al salir de trabajar. A
los protagonistas les ocurre esto, se meten allí, se alcoholizan, se pelean
entre ellos, se lamentan pero, salvo que el que ha montado el bar, ninguno hace
nada en realidad por salir de esa situación. Hubiera sido interesante que
alguno de los personajes hubiera emigrado, bien a los invernaderos de Almería o
como camarero en Torremolinos. Es una situación dura, pero habría comenzado una
nueva vida, con nuevas ilusiones en vez de estar en un bar.
Uno de las enseñanzas que deja esta
película es que uno, incluso aunque tenga trabajo “estable”, debe esforzarse en
seguir adquiriendo formación, aprendiendo idiomas, realizando lo que ahora se
llama “networking”, que no es otra cosa que tener contactos. En estos momentos
en España hay más población laboral que puestos de trabajo, por lo que si uno
quiere trabajar debe esforzarse por destacar frente al resto. Un buen consejo
que me dio un profesor iba por ese camino, nunca quedarse quieto, no
conformarse con lo que ya uno sabe, ni tampoco dormirse en los laureles si uno
tiene un buen trabajo. Que uno se quede en el paro no implica que se quede
parado en el estricto sentido de la palabra, es una situación donde hay tiempo
para buscar empleo, aprender idiomas (siempre te va a abrir puertas), formarte
en lo tuyo (si tu currículo compite contra el de una persona que no se ha
formado tanto es más probable que te escojan a ti). Creo que el trabajo es
fundamental, no solo es un derecho del hombre sino también algo que le
dignifica. Pero es algo que hay que ganarse en el sentido de que si uno en vez
de estudiar inglés pasa el día en el bar da sensación de que no se cuida, no se
valora y eso al final pesa negativamente en los procesos de selección.
Creo también que con respecto a la
inmigración hay otro problema pues nos encontramos con que en las empresas, a
la hora de contratar a alguien, prefieren a un chino que además de su propio
idioma sabe inglés y está dispuesto a cobrar menos que un español. Es una
situación que comenzaba a darse cuando se estrenó la película, el mundo iba
globalizándose. Recuerdo que los primeros extranjeros que vi en España fueron
los chinos. Pese a que, como cristiano y humanista me causan repulsión algunas
formas laborales que tienen (como explotación laboral, competencia desleal),
hay que reconocer que han sabido ganar un terreno en nuestro país. Debido a la
globalización los seres humanos competimos con reglas cada vez más parecidas.
Hace veinte años un indio que era más listo que un español no tenía tantas
oportunidades de tener un gran trabajo. Sin embargo a día de hoy si el indio es
más listo, está mejor formado, conoce más idiomas que yo es probable que me
toque servirle las copas, limpiarle las botas o coserle los balones mientras él
tendrá un buen trabajo, una buena casa y un buen coche. Es injusto, pero se
trata de una realidad que puede devorar a muchas personas que con determinada
edad se quedan en el paro y se ven luchando por conseguir un trabajo contra
gente que es mas joven, domina más idiomas y está mejor formada académicamente.
De ahí mis reflexiones críticas hacia la actitud de los protagonistas.
En cualquier caso, creo que se vive una
situación en el mercado laboral que tampoco conduce a ninguna parte. Hay
personas que con tal de subir en el escalafón laboral y, por tanto, social, no
tiene escrúpulos en pisotear a los demás. En la actualidad además se están
produciendo bienes materiales innecesarios que lo único que hacen es generar
riquezas y plusvalías que se quedan en manos de unos pocos, debajo de los
cuales hay muchos que se matan trabajando 14 horas laborales por un cuenco de
arroz. En empresas como puedan ser las financieras de Nueva York ese cuenco de
arroz se cambia por ganar más de 200 millones al año, pero tiene una base de
explotación similar. Conozco casos de
muerte por infarto de miocardio tras pasar excesivas horas trabajando, por
ejemplo un joven bróker japonés que murió hace algunos años, con 26 años. Por
otra parte tampoco tienen sentido algunos requisitos laborales. En muchos
sitios piden años de experiencia, pero cabe preguntarse si en ningún sitio me
dan oportunidad de experiencia ¿Cómo la consigo? Creo que en ese sentido era
mejor el modelo de antes, donde uno entraba a trabajar en un sitio como
aprendiz y podía ir subiendo. No se trata de trabajar duro sino de buscar
oportunidades y satisfacerlas, unido a lo mencionado de tener un fondo de
emergencia. Uno de los problemas más grande que veo, unido al consumismo, es el
de que ocurrirá cuando acabemos con los recursos naturales, pues hoy en día hay
poca conciencia sobre el medio ambiente. En la actualidad trabajar como
agricultor o en el mar como pescador sigue siendo una buena salida si uno se
queda sin trabajo (o si realmente quiere dedicarse a ello como vocación) pero
¿Qué ocurrirá mañana si ya no hay peces en el mar o el campo ha sido arrasado?
Ahí si que podríamos ver un auténtico drama social en nuestro país. En
cualquier caso creo que, en cierto modo, la crisis puede ser beneficiosa si con
ello la gente ve que en cualquier momento la vida puede cambiar y aquello que
uno tenía y le daba seguridad y estabilidad, puede derrumbarse como un castillo
de naipes y se debe estar preparado. No podemos descartar que en la vida hay un
fuerte componente de suerte con el que no contamos, por ello se debe trabajar
de cara a lo que pueda pasar en el futuro, algo que los protagonistas de la
película no han hecho. Incluso a la hora de buscar trabajo fuera de España hay
muchas oportunidades en Europa, incluso con la posibilidad de aprender idiomas
o asistir a cursos gratuitos, incluso titulaciones oficiales como las de la
Junta de Andalucía, a cincuenta euros.
Otro problema que aparece es el mal uso
que se le puede dar al dinero que se recibe del paro o de la prejubilación. Hay
tres opciones: invertir en un negocio (un bar, por ejemplo), gastarlo
consumiendo en el bar o invertirlo en formarse o reconvertirse. Es cierto que
hace unas décadas no había tanta información sobre como emprender, pero hoy en
día tenemos acceso a cursos gratuitos sobre como crear empresas, datos
estadísticos sobre estudios de mercado. Por ello, aunque hay menos trabajo y,
por ello, menos posibilidades de emprender, hay mayor información sobre como
hacerlo. Aunque también es cierto que el mercado laboral está yendo cada vez a
peor pues los sueldos y condiciones laborales están peor que hace quince años. En
cualquier caso creo que una de las claves en la vida es vivir con las menos
cargas posibles, teniendo un colchón grande para imprevistos. Un problema
grande que hay actualmente en España es el de los desahucios por no poder pagar
la hipoteca. Nuevamente creo que la clave está en prevenir. No es lo mismo
cobrar el paro teniendo una hipoteca de más de 900 euros al mes a 30 años que
una de 500 euros quedando 20. Pienso que mucha gente, especialmente en
determinados sectores, creía que iba a conservar el trabajo siempre y que como
ganaba un buen salario compraban una casa metiéndose en cuantiosas hipotecas.
Como digo, la clave está en ir poco a poco. Creo que lo mejor es comprar algo
que se pueda pagar en el acto. Si solo puedes pagar 20.000 euros por una casa
pues pagas esa cantidad y después vas ahorrando y el día de mañana quizá puedas
comprar una casa por 100.000 euros. Pero si vas de primera, con 30 años, y
compras la segunda casa hipotecándote a 30 años sin saber que ocurrirá en el
futuro, pues creo que es arriesgarse mucho. En definitiva, creo que es una película que
lanza el mensaje “no te confíes aunque
estés trabajando, pues mira lo que puede ocurrirte”.