No soy especialmente proclive a radicalismos. De hecho los repudio. Pero reconozco que, en este caso, me siento doblemente ofendido. Como católico me parece una falta de respeto que se utilice una imagen religiosa cambiando, como es el caso, la imagen de Jesús por la de un esqueleto. Como palentino, me parece igualmente una falta de respeto, pues lo considero un atentado humillante ante uno de los símbolos de Palencia.
El Cristo del Otero, también conocido como Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, fue construido en 1931 inspirándose (o, al menos, eso da la impresión) en el Art Decó. Con sus veinte metros de altura es una de las esculturas de Jesucristo más altas del mundo, por lo cual llega a ser visible a unos 15-20 kilómetros de la ciudad. Se trata de una escultura que, con sus manos, bendice tanto a la ciudad como a la provincia de Palencia. Victorio Macho, su autor, jamás quiso dar miedo con esta escultura, al contrario, deseaba mostrar la actitud acogedora de Jesucristo para con los hombres y mujeres de buena voluntad. Se trata, como digo, de uno de los símbolos de Palencia, esa ciudad cuya catedral es una auténtica Bella Desconocida (aunque cada vez menos desconocida) y en cuya provincia hay verdaderos tesoros artísticos (románicos, góticos, etc), históricos, ecológicos (la montaña palentina es bellísima)...
El palentino es hombre de recia estirpe, se trata de gente seria y con fuerte religiosidad (obviando cuestiones de asistencia a misa y demás, pues no vienen a cuento). Por este motivo la mancilladora imagen cadavérica del Cristo del Otero ha generado una fuerte controversia en toda Palencia. Incluso entre personas que no se consideran especialmente practicantes.
Personalmente, supongo que detrás de esta noticia se encuentra la cercanía de esa festividad americana (aunque de origen celta) llamada Halloween, la cual algunos quieren meter con calzador en nuestro país, aún a costa de destruir nuestras propias costumbres (como la de ir a rezar al cementerio y/o a ver el Don Juan Tenorio). La noche de Halloween, que es aprovechada por satanistas para realizar sus ritos, es también una noche en la cual mucha gente se viste de fantasmas, demonios... en definitiva todo tipo de seres terroríficos, con el único fin de crear un clima de miedo y terror. A mí, personalmente, nunca me ha gustado. Siendo pequeño recuerdo que las profesoras nativas (es decir, cuya lengua materna era el inglés y/o nacidas en países de habla inglesa) comenzaron a divulgar Halloween por los colegios madrileños. De hecho, durante prácticamente todo el EGB recuerdo que cada 31 de octubre nos obligaban a acudir a clase disfrazados y había que hacer una especie de desfile por el colegio. Como digo, nunca me gustó. Por eso yo, si es que me disfrazaba, me vestía de Spiderman, Superman, alguna vez de corsario... pero nunca de cosas terroríficas. Tan solo una vez me disfracé de vampiro. Y no volví a repetir, pues me pareció algo profundamente desagradable.
Si bien es cierto que la parapsicología me parece interesante (de hecho creo que debería estudiarse en universidades como San Dámaso. De hecho tiene en la Universidad Lateranense del Vaticano se le dedica una Cátedra), nunca me ha gustado el enfoque terrorífico que desde programas considerados de Misterio se hace sobre el tema de los difuntos. Me desagrada ese enfoque, pues parece que estos tan solo quieren asustarnos cuando, como sabemos, las Ánimas del Purgatorio necesitan que oremos por ellas, no que nos asustemos por su presencia.
Pero la cuestión es que Halloween, como digo, está destruyendo nuestras costumbres patrias. Los niños que hoy se visten de fantasmas no tiene ni idea de lo que es la Santa Compaña, por ejemplo, ni la Güestia, Ni saben lo que son "Los Finaos" de Canarias, ni conocen las procesiones de las Cofradías de las Ánimas en Zamora o el Ritual de las Ánimas de Tajueco (Soria). En Galicia, incluso, los niños llegaban a vestirse de seres mágicos o se disfrazaban como miembros de la Santa Compaña y marchaban en procesión por los caminos gallegos. Por tanto, si me desagrada profundamente Halloween es porque se trata de una fiesta extranjera que están introduciendo a machamartillo en nuestro país arramblando con añejas tradiciones.
Yo, como dicen algunos blogueros, no sé si Halloween es o no satánico. Es cierto, como digo, que se trata de uno de los días escogidos por los satanistas para sus ritos. Pero también es la víspera del Día de todos los Santos y, como vemos, en España había festividades similares. Pero lo cierto es que cosas como la "creación" del tal Oscar Aragón son profundamente sacrílegas. No se puede coger una imagen religiosa y distorsionar sus manos y rostro para que parezca un esqueleto tratando, para colmo, de hacer con de ello una imagen terrorífica. Sinceramente, creo que se trata de algo que incluso podría ser considerado como delito tipificado en el Código Penal (Artículos 524 y 525). Del mismo modo, no se puede hacer algo así con una imagen tan querida en toda Palencia. Sobretodo cuando se pretende que unos premios entregados en esta ciudad lleven esa imagen. No sé si los responsables del Festival Internacional del Cortos de Terror de Palencia son conscientes de ello pero, si el festival se celebra en esta ciudad y, además, lleva en su nombre el de dicha ciudad, está representando a Palencia. Es decir, no se trata de un mero festival internacional de cortos del terror. Se trata de un festival internacional de cortos de terror DE PALENCIA. Representa a Palencia, a mi ciudad, a mi provincia. Por ello me parece inadmisible e intolerable que entreguen unos premios, que como digo, representando a mi ciudad considero sacrílegos y ofensivos, tanto como católico como palentino. Creo, y muchos palentinos piensan como yo, que se debe exigir, por parte del Ayuntamiento y la Diputación, una disculpa pública por parte de los organizadores de ese festival. Pero, no solo eso, también se debería exigir la retirada de esa imagen sacrílega como premio.
Como conclusión me pregunto ¿Tan difícil era entregar una estatuilla con la imagen del Cristo del Otero de Victorio Macho? Creo que esto hubiera sido lo más lógico y razonablem, sinceramente. No solo nos hubiéramos evitado todo este lío sino que, además, estoy convencido de que hubiera sido la mejor promoción para Palencia. No es lo mismo que el premiado muestre a sus amigos y familiares la estatuilla con el Cristo del Otero que si lo que muestra es la cutre y horrenda "creación" de Oscar Aragón. En el primer caso, al ser preguntado por sus seres queridos, siempre podría decir el premiado "pues mira, es una imagen alta y bella que preside el Cerro del Otero, al lado de Palencia, la ciudad donde me entregaron el premio". Lo cual seguramente daría pie a que hablase de esta bella ciudad, su arte y gastronomía. En el segundo caso ¿Qué diría el premiado? Creo que sobran los comentarios, pues es una imagen tan esperpéntica y sacrílega que carece de todo sentido tratar de explicarla.
— En colaboración con Infovaticana